Cuando sueño contigo…
Cuando escribo para ti…
Cuando te hallo dentro de mis canciones.
Te quiero en tardes como esta, donde te
encuentro en el silencio; en la suave quietud que dejan las horas dentro de mi
habitación.
La soledad ahora es mi amiga, a ella le hablo de ti, de lo poco y nada que
sé de tu vida. Ella me escucha, y me abraza mientras la oscuridad se va
asentando en las paredes; en cada objeto que forma parte de este escenario en donde
brilla la melancolía.
Te quiero porque estoy segura que nací para
encontrarte, para vivir ese instante que sigue vivo dentro de mí.
Tan sublime…
Tan efímero que duró menos que un respiro,
pero que dejó un estela de fuego…
De ilusión…
De fantasía que ha dado chispa a mi vida.
Te quiero porque ya no está en mí el dejar de
quererte,
porque ya no puedo renunciar a este amor que
nació con tu mirada, y que me fue atrapando bajo el misterio de tus ojos
verdes.
Yo solo quería quererte…
Yo solo quería acompañarte…
Yo solo quería ser otra alegría en tu vida,
pero ahora soy como la ola que regresa al mar, sin fuerza y perdida.
Te quiero aunque seas la sombra que apenas
asoma,
aunque me obligues a dar marcha atrás,
aunque
seas el rayo que ha partido en dos mi corazón,
aunque tus pasos no quieran encontrar mis
pasos,
aunque tu silencio sea la daga que me ha
dejado sin respiración.
No me destierres a vivir sin amor, a caminar
sobre espinas cuando puedo volar hacia las estrellas junto a ti.
Te quiero, así de simple es mi verdad, y así
de grande es este amor que no pudiste corresponder, y que seguirá flotando en el aire, y que
seguirá hablándome de ti.
En los veranos...
En los inviernos...
... Y en las noches largas cuando no puedo dormir.
Pilar
“Soñar es solo el principio”
No hay comentarios:
Publicar un comentario