domingo, 22 de diciembre de 2013

El destino y la vida


Desde hace un tiempo me hago la misma pregunta: ¿Nuestro destino está trazado? ¿Es que venimos a este mundo para cumplir con un cronograma que nos dieron al momento de nacer? ¿Somos unas simples marionetas que caminamos directamente hacia un final determinado?
Es un tema que siempre arranca polémica entre la gente que se cuestiona sobre este punto. De ser cierta esta hipótesis, ¿dónde quedarían nuestras decisiones?
¿Sufrimos porque así está estipulado? ¿Es un Karma? ¿Algo que debemos pagar?
Algunas veces escuché decir: “A esa tipa todo le sale bien… tiene buen trabajo, y para colmo es feliz, ha encontrado al  hombre perfecto”
Parece que en ese comentario se desliza  un poco de envidia porque nos gustaría tener la suerte de esa bendita mujer. Entonces muchas se hacen la pregunta: ¿Y por qué no me sucede eso a mí? Soy buena, no le deseo mal a nadie y, sin embargo, sufro como una condenada. El hombre que escogí apenas me mira, ya he perdido la ilusión y no sé cómo cambiar mi destino.
Y entonces unas recurren a baños de florecimiento, otras van para que les echen las cartas, y nunca falta alguien que le prende una velita a San Judas Tadeo para que le haga el milagro de cambiarle la suerte.
Es cierto que cuando me ocurre algo, ya sea bueno o malo me pregunto si estaba dentro de mi destino. No es algo que yo me pueda responder, pero dentro de todo procuro disfrutar de cada parada que voy haciendo en el camino. Durante este año que ya termina tuve muchas experiencias, buenas y malas. Conocí a mucha gente linda con un corazón enorme: Elena y Cris, dos mexicanas maravillosas que me han brindado su amistad. También fui confiada y resulta que me embaucaron por no haber firmado un contrato.  Aprendí mucho de las relaciones interpersonales y hoy puedo decir que entiendo mejor a la gente que me rodea.
En cuanto a mis sueños no sé si está escrito que realizaré todo lo que deseo, pero les aseguro que pondré todo el corazón para que eso suceda. Quiero escribir para el mundo y que todos disfruten de mis historias que dejan de ser mías cuando ustedes las leen y las sienten.
No sé si mi destino está escrito en la palma de mi mano, si sucederá lo que Zaira, la gitana, me predijo, solo sé que tengo el alma rebelde y que no me conformo con algo que no me gusta. Siempre lucharé por ser feliz y por seguir esa estrella que encierra mis sueños.
Pilar Cueto
“Siempre se puede soñar”

  

lunes, 25 de noviembre de 2013

En la ruta de mis sueños


Cuando empecé mi carrera lo hice con muchas expectativas, y en el camino fue aprendiendo que todo se puede lograr con perseverancia. No tengo un padrino que me abra las puertas y me haga el camino más fácil, pero me encontré con muchas personas que han confiado en mí, y lo hacen al comprar uno de mis libros creyendo en lo que les digo: que cualquiera de mis historias les gustará.
El 27  de noviembre viajo a México siguiendo la ruta de mis sueños. Siempre quise ir a la feria Internacional de Guadalajara, y ahora se hace realidad. Estaré en el stand de Perú ofreciendo los primeros libros de mi colección, y prometo que iré publicando las fotos de todo lo que me ocurra en esa bella ciudad.
Tengo mucha ilusión, pero les confieso que también tengo mucho miedo. Las preguntan flotan en el aire. ¿Me irá bien? ¿Les gustará mis novelas?, entonces escucho esa vocecita que me da aliento y vuelvo a llenarme de fuerza.
Es otro escalón en mi carrera, un paso más para expandir este sueño que comenzó cuando era niña.
Hace algunos años solo me dedicaba a ser ama de casa, y cuando recordé los sueños de mi adolescencia, al principio pensé que ya no podría retomarlo, pero luego entendí que nunca es tarde para perseguir lo que uno quiere.
Estudié mucho y tuve muchas amanecidas después de acostar a mis hijos, y ahora solo puedo decir que el cansancio valió la pena.
Estaré en Guadalajara y conoceré a mucha gente del mundo editorial, y cuando regrese les contaré cómo me fue.
Un beso a todos los que se dan un tiempo para leer lo que escribo. Y solo me queda decir: “Siempre se puede soñar”
Pilar Cueto
“Siempre se puede soñar”

jueves, 14 de noviembre de 2013

Con los ojos cerrados


Hay una canción de Gloria Trevi que dice: “Con los ojos cerrados iré tras de él, con los ojos cerrados siempre lo amaré” Pero, ¿realmente se puede amar con los ojos cerrados?
Siempre que estoy en una feria la gente suele contarme muchas cosas, mi stand se convierte en una suerte de confesionario donde hombres y mujeres comparten conmigo sus problemas.
Una tarde hablé con Mariana y entre palabras entrecortadas me dijo: “Antes leía novelas de amor, pero ahora estoy pasando por un mal momento. Ya no creo en el amor, y pienso quedarme soltera por el resto de mi vida” ¿Por qué?, le pregunté. “Porque con los ojos cerrados le entregué mi vida a un hombre que me defraudó"
Después de escucharla solo puedo decir  que el amor es un sentimiento que hay que tomar en serio, no podemos darnos el lujo de equivocarnos porque de ello depende que nos elevemos al cielo, o caigamos en las brasas del infierno.
No se trata de amar por amar y de suplir nuestras carencias entregándonos a una relación que no nos hace feliz. ¿Para qué mentirnos?, el Pepe Grillo que siempre nos acompaña suele levantar la voz advirtiéndonos, pero de un manotazo lo callamos y no queremos escuchar nuestras razones, y menos de la gente que nos quiere y que ve  más allá de nuestras narices. Simplemente se quiere vivir el momento apasionado para luego recordarlo entre suspiros, creyendo que eso es el amor, cuando este sentimiento abarca un mundo que pocos tienen la suerte de experimentar.
El amor es conocerse fuera del ámbito de los besos, donde sabemos que no existen palabras. Y son las palabras y las miradas y el compartir lo que te hace conocer a tu pareja.  Ambos deben mirar hacia la misma dirección, ser el complemento, la felicidad que pinta nuestra mirada de ilusión. El poema que nuestros labios murmuran en silencio, el sueño que soñamos y la verdad de nuestras vidas. Pero cuando  la pareja prefiere vivir la relación desde un confortable sofá, aceptando las cosas que les suceden y lamentándose de sus desgracias, no deberían mencionar el amor.  Cuando alguien está realmente enamorado, lucha y no se cansa porque ese sentimiento salga a la luz y no sea un ave de paso.
¿Se puede amar con los ojos cerrados?, claro que sí… pero si lo haces no dudes que te caerás al precipicio, luego no culpes al amor, sé valiente y culpa a tu estupidez por no entender que tu corazón no puedes entregar a cualquier idiota que se cruza en tu camino.
Pilar Cueto
“Siempre se puede soñar”  

 

viernes, 8 de noviembre de 2013

¿Te gustan las novelas románticas?


Hace unos días terminó la Feria de Ricardo Palma, y siempre que voy a una feria de libro me deja muchas riquezas, interactúo y hablo con gente que me enseña mucho. Pero esta feria tuvo algo más que llamó mi atención.
Por cuestiones de la Municipalidad de Miraflores la feria no se pudo realizar, como todos los años, en medio del parque Kennedy, por donde transitan una mixtura de personas. Se realizó en “Larcomar”, un centro comercial ubicado cerca del mar y en uno de los mejores lugares de Miraflores, visitado por turistas y mucha gente de condición elevada, ya que hay  restaurantes elegantes donde además de comer bien, te rodeas de un ambiente exquisito.
Pues no era de extrañar que estas personas que visitan este centro comercial hayan querido dar una vuelta por la feria del libro, donde yo ofrecía mis novelas. Y lo que llamó mi atención es que a la pregunta de ¿Te gustan las novelas románticas?, estas mujeres con tinte de peluquería hicieran comentarios que dejaban mal parado a los pobres esposos que iban junto a ellas, y que seguramente paga el Spa donde se relajan del stress que significa el no hacer nada.   
“El amor, dijo una de ellas, ¿qué es eso?”, el esposo me sonrió como disculpando la respuesta de su mujer. “No estoy para tonterías”, respondió otra, y nuevamente el esposo quiso excusarla con una sonrisa. “Eso ya pasó”, comentó una mujer en tono de desprecio. A lo que el esposo no se quedó callado y me dijo: “Por eso tengo una amante”
Debo confesar que me sorprendió su comentario y que a raíz de eso empezara a reparar en estas mujeres, que eran fáciles de ubicar en medio del gentío que sí iba a la feria en busca de algún libro.
Solo tenía que mirar el bolso que colgaban con orgullo del brazo como si fuera un trofeo de guerra. Parecía que decían en silencio: “Miren… tengo un Dolce &Gabbana” “Jojolete, muéranse de envidia, tengo un Luis Vuittón”
Y así desfilaron ante mis ojos los bolsos de Gucci y Prada, que iba acorde con la ropa que llevaban.
Una de ellas me preguntó. ¿Eso es literatura?, y miró con asco mis novelas. Yo sonreí, aunque estuve a punto de preguntarle si sabía lo que significaba esa palabra.
No suelo actuar como una generalidad ambulante, por eso no pienso que todas las rubias son tontas, y tampoco creo que por un pequeño porcentaje de mujeres desatinadas deba creer que todas las que llevan bolsos de marca son descerebradas, pero esto me llevó a una reflexión. ¿Es que al amor también debemos medirlo por escalas? ¿El gozar de muchos privilegios puede hacer que olvidemos la importancia de este sentimiento? Tal vez para algunas es más fácil olvidar los problemas conyugales yendo de shopping, y ostentado frente a los demás las marcas de sus accesorios que aprenden a pronunciar con elegancia.
Felizmente aún queda gente que tiene el alma abierta a la vida, y que al pasear por una feria  van en busca de las emociones que un libro les deja dentro del corazón. Y que a la pregunta, ¿te gustan las novelas románticas?, responden con espontaneidad: “Sí, me encantan, ¿qué tienes?”
Pilar Cueto
“Siempre se puede soñar”

jueves, 17 de octubre de 2013

El amor no tiene caretas


“Ella es mi vida, pero la otra me mueve el piso”, dijo Alonso. “De verdad que la amo, pero la engaño porque está en mis genes, mi papá era así”, intervino Sebastián. “Cuando me case cambiaré, por el momento disfruto  de las mujeres”, agregó Lucho.
Son algunas de las frases que escuché de algunos muchachos entre 21 y 25 años, con los que tuve una interminable discusión sobre lo que ellos creen que es el amor, y mi posición sobre este tema.
Poco faltó que me etiquetaran de mente cuadrada por no adaptar mi concepto del amor a lo que ellos entienden por estar enamorado.
“Ella me da paz”, dijo Alonso, con la otra discuto, me siento vivo, converso de muchas cosas, pero sé que no es para mí.
“A mi fea no la cambio por nada, ella es buena, generosa, siempre está a mi lado cuando la necesito, pero cuando estoy sin ella no puedo evitar buscar otras mujeres”, agregó Sebastián. “Para qué ser egoísta, si hay Lucho para todas", exclamó sonriendo.
Me queda claro que ninguno sabe lo que es estar enamorado, han acomodado sus sentimientos de acuerdo a su conveniencia mancillando el concepto del amor.
Sé que cada uno puede dar una definición y hablar sobre cómo sienten el amor, pero estoy segura que todos coincidiremos que el amor es entrega,  luz, verdad; es darse a uno mismo sin esperar nada a cambio.
Creo que la esencia del hombre es distinta de la mujer, y coincido con Víctor Hugo cuando dice:
 “El hombre piensa; la mujer sueña. Pensar es tener en el cráneo una larva; soñar es tener en la frente una aureola. El hombre es  un genio; la mujer un ángel. El genio es inmensurable, el ángel indefinible. El hombre es un océano; la mujer es un lago. El océano tiene la perla que adorna, el lago la poesía que deslumbra.  El hombre es un águila que vuela; la mujer es el ruiseñor que canta. Volar es dominar el espacio, cantar es conquistar el alma. El hombre es un templo: la mujer es el sagrario. Ante el templo nos descubrimos, ante el sagrario nos arrodillamos. En fin: el hombre está colocado donde termina la tierra, la mujer donde comienza el cielo”
 Pero con respecto al amor, tanto el hombre como la mujer amamos de igual modo.
Nadie que sienta el amor tendrá lugar en su corazón para otra persona que no sea la que ama. El respeto es el pilar de este sentimiento que puede ser muy fuerte para soportar ventiscas,  y tan frágil cuando el engaño es la daga que lo atraviesa.
Pilar Cueto
“Siempre se puede soñar”

miércoles, 9 de octubre de 2013

Momentos inolvidables


Todo comenzó cuando empecé a buscar mi bolso. Puse la casa bocabajo, me desesperé, lloré de rabia y luego respiré profundo y traté de calmarme. Tenía una cita en Promperú a las 3 de la tarde, y aunque eran las 9 y 30 de la mañana, quería organizarme con anticipación y guardar dentro del bolso algunos documentos que necesitaría en la reunión.
Hice un recuento de lo que había hecho en los últimos veinte minutos y reparé que después de regresar de la librería, lo había olvidado dentro del carro con las llaves en el interior.
Volví a desesperarme y mientras caminaba de un lado a otro hice llamadas para que vengan a auxiliarme, pero nadie estaba disponible hasta después de las 2. Estaba en serios problemas. No tenía documentos, ni billetera y mucho menos cómo movilizarme.
Busqué algo de dinero y logré juntar 17 soles. Tengo de sobra para el pasaje, pensé, pero cuando llamé a un taxi seguro me cobraban 25 desde la Molina hasta Miraflores, así que decidí tomar el bus en la esquina de mi casa.
Fue el viaje más increíble que tuve, donde pude comprobar que el mundo está lleno de soñadores y de gente que quiere salir adelante.
Me senté y me disponía a relajarme mientras miraba por la ventana, cuando subió un escritor  a ofrecer sus cuentos  impresos en hojas bond. 50 céntimos cada uno, y le compré los 4 sintiéndome identificada con él.
Al rato subió un señor con un cajón y me dio en la yema del gusto, ya que me fascina el ritmo contagiante de ese instrumento de percusión  que me hace mover los pies así  no lo quiera.  Después del pequeño espectáculo pasó con su sombrero y con gusto colaboré con él.
Al siguiente paradero subió una señora ofreciendo unos sabrosos alfajores, y no tuvo que convencerme para comprarle 2 paquetitos los cuales empecé a comer en ese momento.
Estaba a medio camino cuando vi en otro paradero a un muchacho con una guitarra que algo indeciso subió al bus. Me di cuenta que no estaba acostumbrado a ese trajín, pero me dio gusto que afrontara el momento y siguiera pa´lante.
“Me gusta la música, dijo,  soy cantante y compositor, con esto me recurseo para seguir estudiando. Espero que les guste esta canción que escribí hace unos días”. La gente seguía mirando por la ventana, pero yo no le quitaba la vista de encima. Algo me decía que ese muchacho nos sorprendería a todos, y no me equivoqué. Su voz era dulce y cálida, la adecuada para la canción de amor que interpretó con todo el corazón. Todos lo sentimos y tal fue el efecto que ocasionó en nosotros que aplaudimos con fuerza y una señora se animó a pedirle otra canción. Logró que todos estuviésemos pendientes de sus canciones, y cuando llegó la hora de despedirse, no solo se fue con los bolsillos llenos, sino con el cariño de los que disfrutamos de su don.
Ya para llegar a Miraflores, subió otro señor ofreciendo unas pulseras de colores. Soy fanática de esas baratijas y casi no puedo controlarme cuando veo algo que me gusta.  Ahí reparé que solo me quedaba 10 soles, pero no me importó, y  compré una pulsera de perlas del río.
Bajé del bus sin un centavo en el bolsillo, pero feliz de haber disfrutado de un viaje inolvidable. Caminé hacia Promperú con el sabor de los alfajores en la boca, mirando de rato en rato la pulsera que llevaba en la muñeca, y recordando  a aquel muchacho que recién empieza el largo camino hacia su sueño. Habrá momentos malos, pero estará en él tomar la decisión de no dejarse vencer y llegar a la meta soñada.
Pilar Cueto
“Siempre se pude soñar”    

viernes, 27 de septiembre de 2013

Las etapas del amor


Esto empieza cuando coincidimos en hora y lugar con esa persona que de repente nos hace ver la vida de diferente manera. Nos cambia las costumbres, los  horarios y hace que reparemos un poco más en nuestro aspecto personal.
LA CHISPA: Es la primera etapa donde se origina una descarga que obliga a nuestro corazón a latir más a prisa. “Me miró y sentí que flotaba”, es la frase que se suele decir en estas circunstancias.
No voy a entrar en conflicto con los científicos que todo lo explican con lógica, dejando a un lado el romanticismo. Para ellos todo es sustancia química, pero para las románticas como yo, es mejor pensar que una mirada puede tener tanta fuerza que te toca el corazón, echando a andar un remolino de emociones que casi siempre nos llenará de ilusión. Es la mejor etapa de una relación donde creemos que los sapos son príncipes, y que Fiona jamás se transformará al llegar la noche.
EL ENAMORAMIENTO: En esta etapa muchos cierran los ojos y prefieren vivir su fantasía. Se piensa que todo es perfecto, el amor romántico es una necesidad. Surgen los detalles, se escuchan frases bonitas y mentiras tan tiernas como “Que lindo que eres”, aunque el pobre tenga un cierto parecido a “Sherk”, es la etapa donde nos enamoramos del alma y preferimos creer en ese viejo refrán que dice “El hombre cuanto más feo más hermoso”. Pero todo es una linda mentira que nos inventamos, por eso no creo cuando alguien me dice que no es romántico. TODOS LO SOMOS, es nuestra esencia, aunque algunos lo camuflen muy bien.
LA ETAPA DEL SÍ: Nos comprometemos con la relación y deseamos liberarla de cualquier conflicto. Pero en esta etapa no bastan nuestras ganas, hay que tener inteligencia para superar los problemas a través de la negociación. Solo que muchos creen que sacar los trapitos al sol es parte de hacer un trato. Eso se llama “desahogo” “botar la rabia” o simplemente  querer hacer valer nuestros puntos de vista a costa de lo que sea.  “No pienso dar un paso atrás” ¡Qué se cree!, si se llega a este punto es mejor detenerse y pensar si vale la pena  seguir con la relación o despedirse con  “mejor nos damos un tiempo”
Para que funcione una pareja se debe ceder con amor y voluntad y acordar un punto medio donde ambos se sientan cómodos.
LA REALIZACIÓN: El amor se siente tan fuerte que solo deseamos pasar el resto de nuestra vida con la persona que amamos. Damos el “Sí”, ya sea frente al alcalde, al padre o simplemente te mudas a donde sea para iniciar otra etapa de tu vida, donde esperas ser feliz para siempre.
En este punto terminan las novelas románticas, pero en la vida real siempre habrán tormentas que solo el amor lo podrá superar, y dependerá de tus ganas y que recuerdes tus sueños de vivir para siempre junto a la persona que te hizo sentir especial.
Pilar Cueto
Siempre se puede soñar”

viernes, 20 de septiembre de 2013

Lo que dice una mirada


Recuerdo que una profesora del colegio solía decir que los ojos son el espejo del alma. Mi abuela me repetía: “Mírame, quiero saber si dices la verdad” Algunas parejas se dicen: “Dímelo mirándome a los ojos” Y es que podremos ensayar un buen diálogo para tratar de convencer a quién queramos, pero si no somos honestos nuestra mirada nos delatará.
En la relación de pareja una mirada vale más que mil palabras. Puede convertirse en un cuchillo capaz de cortar tu respiración o  ablandarte el corazón si atraviesa la barrera de tu piel.
Hay miradas dulces, penetrantes, frías, apasionadas que arrancan expresiones como: “me quería comer con los ojos” o “por poco me mata con la mirada”
Cuando se empieza a flirtear la mirada se convierte en nuestras manos. Acarician el rostro, los labios, el cuerpo y todo lo que aún no se puede tocar de la persona que te gusta. A veces puedes sentir un placer anticipado cuando descubres que alguien te mira intensamente a los labios. Y es la magia y el poder de los ojos lo que  hace que se te erice la piel.
Cuando le gustas a alguien su mirada será larga y profunda, querrá inconscientemente que sepas su secreto, y si correspondes a su deseo lo mirarás de igual manera entrando en una conexión emocional que dará lugar a un acercamiento.
En esta fase entra a tallar el lenguaje corporal. Cuando se gustan no se quitarán la mirada de encima. Y si él o ella inclina el cuerpo hacia ti, es que está súper interesado en lo que dices. Pero cuidado… porque esta fase de la conquista es muy delicada. Puedes decir o hacer algo que a la otra parte no le gusta y entonces querrá deshacerte de ti. Y nuevamente la mirada lo delatará. Desviará su atención hacia cualquier otro lugar, o no le quitará la vista al celular esperando una llamada que  lo libre de ti.
Entonces será el momento de levantarte con dignidad inventando una excusa y tratarás de analizar qué fue lo que frustró el acercamiento.
Pero para aquellos que sigan adelante irán descubriendo a lo largo de la relación que una mirada podrá calmar tu angustia, podrá encolerizarte o podrá llenarte de la más completa felicidad porque aún sin palabras, podrás descubrir en la mirada de tu pareja el amor que siente por ti.
Pilar Cueto
“Siempre se puede soñar”
 

viernes, 6 de septiembre de 2013

Del amor al odio


¡Lo detesto! ¡No quiero volver a verlo mientras viva!
Son frases que siguen cuando una relación se termina y deja herido el corazón, ya sea por las mentiras o la traición.
Y es que del amor al odio hay una línea divisoria que desaparece cuando sentimos que han jugado con nuestros sentimientos.
El amor y el odio son dos caras de una misma moneda que va girando de acuerdo a nuestra conducta dentro de la relación.
A veces ponemos en un pedestal a la persona con la que iniciamos un romance, y pensamos que es el gran amor de nuestra vida, el único que nos puede hacer feliz. Pero entonces termina la etapa del enamoramiento y empezamos a ver que el hombre de quien nos enamoramos no es tan alto como creíamos, no es tan guapo como lo veíamos, pero que esto no importa para seguir amándolo. Sin embargo, hay actitudes en las que se empieza a reparar y que va mellando nuestros sentimientos. No es tan honesto como pensábamos, ni tan fiel como para no ceder a la tentación de quien se ponga enfrente.
Sin darnos cuenta empezamos a incubar sentimientos de rabia y frustración que va creciendo a costa de nuestro dolor.
Y es que el amor tiene como compañero al odio. Si deshonras al primero el otro puede convertirse en veneno puro que puede hasta matarte. Nos volvemos irreconocibles viviendo y respirando para el momento de nuestra venganza.
Hay quienes toman de manera racional la ruptura de una relación en la que pusieron todas sus ilusiones y simplemente voltean la página y lo miran con indiferencia. Esto es lo ideal, mirar hacia adelante y pensar en comenzar de nuevo. Solo hay que tener en cuenta que no debemos idealizar a nuestra pareja. No debemos esperar que sean perfectos y mucho menos ponerlo tan alto que al menor tambaleo terminan cayendo.
Debemos entender que la relación de pareja es como una montaña rusa donde una vez que te embarcas, surgirán muchas emociones que debemos controlar y que debemos disfrutar mientras dure el paseo.
Pilar Cueto
“Siempre se puede soñar”

jueves, 29 de agosto de 2013

El arte de la seducción


No todos tienen el arte para seducir a una mujer. Hay quienes piensan que ser directo es lo mejor, y entonces te chocas y no entiendes por qué te rechazaron si la otra parte contestaba tus llamadas, aceptaba tus invitaciones  e incluso sentías que te miraba de manera especial.
Están los que creen que mostrarse irresistibles es llevar la delantera, y siempre que se encuentran con la chica llevan  imagen de ganador. Usan todo lo que Dios y la billetera les dio para tratar de cautivar. Lanzan miradas aprendidas a lo Jamens Bond, caminan a lo John Travolta en “Fiebre del sábado por la noche”, y visten tratando de impresionar: un look a lo “One direction” no les viene mal a muchos  jóvenes que piensan que copiando el vestir o el corte de cabello de esta banda inglesa, tendrán los mismos resultados que ellos. Los más formales usan un buen traje que los haga lucir  ejecutivos o como un “Playboy” que deja su suave y tentadora fragancia no solo en tus manos, sino a cada paso que da.
No faltan los que tienen el ego muy inflado, y creen que al hacerse los interesantes respaldados quizá por su buen cuerpo, un rostro de comercial y por qué no una buena cuenta bancaria, es la mejor forma de darse su lugar y decirle a la chica: “Mírame… esto puede ser tuyo si accedes a mis deseos”
Pero cuando una mujer no quiere ser seducida, no le importará ni el dinero, ni su ropa de marca, ni su look y mucho menos su carita de ángel.
Creo que la mejor forma de seducir a una mujer es dejándote atrapar, si tienes la suerte de que tus deseos coincidan con los de ella, porque  cuando una mujer  pone el ojo en alguien difícilmente lo deja escapar.
A veces no elegimos bien, a veces damos en el blanco, pero es seguro que siempre seremos nosotras las que tengamos la última palabra.
Pilar Cueto
“Siempre se puede soñar”  

lunes, 12 de agosto de 2013

Cartas amarillas


En la feria del libro conocí a Rosario, y en medio de nuestra conversación me contó que siempre visitaba un penal con la idea de dar algo de sí a los que están privados de su libertad.
Me contó que era la intermediaria de una pareja que a través de ella se envían cartas de amor con lindos dibujos que ellos colorean y adornan con frases como “Te amo” y “Te extraño”
Esto me hizo reparar, una vez más, en los gestos hermosos que vamos dejando en el camino.
Recuerdo que antes había tiendas donde vendían papeles de colores para escribir cartas, algunas perfumadas y otros con diminutos poemas que muchos se los aprendían y los recitaban como suyos a la persona que amaban.
El cajón de la mesita de noche o la caja de zapato escondida debajo de la cama, empezaba a llenarse con pequeñas cartas de amor que uno leía cientos de veces en la penumbra de la habitación. A veces para volver a emocionarse, y otras para llorar y recordar lo que alguna vez fue.
Pero al entrar en los modernismos de esta época la manera de expresar nuestros sentimientos fue cambiando y entrando a un plano menos personal, donde ya no hay cartas escritas de puño y letra. Tal vez la huella de una lágrima deformando alguna frase, o ese toque personal del carmín acompañando un “te quiero”
Ahora muchos cantan la canción que Gianmarco ha vuelto a poner en circulación. “Y busqué entre mis cartas amarillas mil te quieros, mil caricias, y una flor que entre dos hojas se durmió”, pero no saben lo que es palpar y acariciar ese papel donde la persona que aman les dice cuánto las extraña. No es lo mismo mirar un mensaje en una pantalla fría y con una letra programada, a tratar de entender los garabatos de la persona que nos confiesa su amor.  No tiene el mismo efecto ni esa conexión que se siente al saber que la otra parte acarició el papel que ahora tú tienes entre las manos.
Por qué si la tendencia en cuanto a la moda o la música es volver a las raíces de los años 60 0 70, ¿por qué  no volvemos a la costumbre de escribir cartas de amor?
Los que nunca lo han hecho prueben a expresar sus sentimientos sobre un papel e inciten a  la persona que los ama a que lo haga. Guarden sus recuerdos dentro de su habitación y no en el chip del celular. Acumulen cartas amarillas y dense el placer de volver a vivir cada vez que lean un “te amo“ Verán que existe la magia: Retrocederán en el tiempo y tendrán los años donde la ilusión y el amor era lo más importante en sus vidas.
Pilar Cueto
“Siempre se puede soñar”

jueves, 18 de julio de 2013

Me lo dijo una gitana


Hace ocho años una gitana se acercó a mí y me dijo: Gachí, ¿te leo la mano?, no tengo dinero, respondí. Ella me miró con sus enormes ojos negros y respondió. No quiero tu parné, si deseas puedo ver lo que te depara el destino. No tengas miedo. Soy Zaira, la gitana, y no te haré daño.
Confieso que la curiosidad hizo que abriera la palma de mi mano para que ella la tomara. Sentí sus dedos fríos mientras sentía que el corazón me latía apresurado en medio de una mezcla de sentimientos que no podía descifrar. ¿Era miedo? ¿Expectativa ante lo que me diría?, pero hoy después de tantos años puedo afirmar que la emoción de su presencia hizo que todo mi mundo se concentrara en ella. Y es que Zaira llenaba todo con su presencia altiva y casi mágica. Su manera de hablar iba acorde a un dejo que hasta hoy no sé de dónde es. Tenía el cabello azabache ondulado, las cejas pobladas y unos ojazos que daban vida a su rostro en forma de corazón.
De repente me miró y me preguntó: ¿Tú te dedicas al arte? Escribo, respondí. Entonces escucha lo que te dirá esta gitana, dijo, con un aire de autoridad que me puso nerviosa: “Otros mundos sabrán de ti, leerán tus historias, y llegarás a personas que ni tú te imaginas. Ahora no es el momento, pero llegará. Te lo dice Zaira, la gitana… y cuando eso ocurra acuérdate de mí. Que el éxito será tuyo en el momento que deba ser”
Hace un año que lancé mi primera novela y recuerdo que me emocionaba viendo que el marcador de visitas en mi blog iba creciendo. Ya tengo 300 visitas, decía. Ahora ya pasé la barrera de los 15,000 y no dejo de emocionarme y sorprenderme al ver en la estadística de mi blog, que entran personas que viven en Rusia, Filipinas, Japón, México con un índice increíble, España, Perú, Argentina, Chile, Ecuador, Honduras, Guatemala, Estados Unidos… Entonces recuerdo a Zaira y solo puedo decir que esta es otra de sus predicciones que se van haciendo realidad. Aún queda una de la que no puedo hablar, y que de ser cierto se los comentaré a su debido momento.
Gracias a todos ustedes por darse un tiempo y leer lo que solo me sale del alma, sin caretas  y tal cual lo siento.
Creo en el amor y en su fuerza inspiradora. Creo en los sueños, el motor de mi existencia; y creo que todo lo que tú quieras conseguir lo puedes lograr si crees profundamente en lo que haces.
Mañana empieza la Feria Internacional del Libro, y estaré en un stand ofreciendo “Zaira, la gitana”, una historia inspirada en esta bella mujer a quién le pregunté: ¿De dónde vienes? “Qué importa, respondió. Lo que vale es hacia dónde voy”
Gracias, Zaira.
Pilar Cueto  

jueves, 11 de julio de 2013

El amor y sus definiciones


El amor es un tema que nunca pasa de moda, es como una droga que necesitas para seguir viviendo. En su nombre se miente, se mata, se jura y algunos se dejan morir, pero nadie dejará de rendirse ante su encanto.
El amor tiene tanta fuerza que gobierna tu voluntad y puede volverte idiota, malhumorado, deprimido, pero para algunos suertudos es la pastilla de la felicidad.
No se puede ser indiferente cuando el corazón salta de emoción ante esa persona que  te sorprende y te deja mudo. Te turbas, sonríes y solo atinas a mover las manos mientras dices alguna tontería que luego te avergüenza. ¿Es el amor?
Muchos poetas y escritores han tratado de dar con la palabra perfecta que resuma el gozo, la ansiedad y la sensación de haber entrado a otro mundo, pero quién puede definir al amor.
Los que sufren juran que nunca más volverán a enamorarse y definen al amor como una gran estafa envuelta en papel de celofán. Provocadora, pero letal para el que se entrega profundamente.
Los solitarios y tímidos apenas levantan la voz para definir al amor, pero les parece un cuento, algo lejano  que nunca llegará a sus vidas porque no se creen ni lindos ni con la confianza necesaria para conquistar un corazón.
Los aventureros usan esta palabra para engatusar y disfrutar de los placeres sin el menor esfuerzo. Para ellos el amor es una oportunidad para pasarla bien, es sinónimo de lujuria y de un momento de pasión.
Para los mentirosos el amor no existe; sin embargo, están casados o pasean por la calle del brazo de alguien. No tienen una definición del amor porque ni ellos  saben qué es lo que sienten. Odian y aman a la persona que está a su lado, y viven recordando lo que alguna vez sintieron, esperando que suceda el milagro de volver a vivir aquellos momentos mágicos.
Para los soñadores el amor  es la razón más importante de sus vidas, un motivo para creer, una razón para dar lo mejor de sí;  y la excusa perfecta para decidir ser felices con la persona que su corazón ha elegido.
No importa si hay o no  una definición exacta del amor, lo que realmente cuenta es la actitud que tengamos frente a este sentimiento, y si un día te sorprende no dudes y arriésgate. Ama y deja que te amen, y no te inquietes pensando qué pasará mañana. Solo disfruta de su compañía atesorando momentos que volverás a vivir  con el solo hecho de recordarlos.
Pilar Cueto
 
 
 

jueves, 20 de junio de 2013

¿Existe la buena o mala suerte en el amor?


 Lo que hay son malas decisiones y conductas erróneas que te llevan a creer que existe la mala suerte en una relación. Simplemente nos enamoramos de la persona equivocada y  caminamos directamente al precipicio. No aprendemos de nuestros errores y repetimos la medicina, a pesar de que ya conocemos el sabor. Pero como nos encanta lavarnos las manos nos hacemos las víctimas y salimos con que “no hay hombres buenos” o “todas las mujeres son jugadoras”
Le echamos la culpa a la otra persona cuando somos nosotros los que siempre tendremos la última palabra al decidir si empezamos o no una relación.
Quién no ha tenido un desengaño en el amor, quién no se ha sentido frustrado, dolido y decepcionado, pero esto no es sinónimo de mala suerte, solo debemos cambiar nuestra conducta y decidir correctamente.
El problema empieza cuando nos volvemos ciegos y nos negamos a ver las señales de alarma que la otra persona nos envía,  justificamos su conducta convencidos de que así luchamos por mantener la relación, y no dejamos de darle oportunidades. Pero si tu pareja es coqueta con tus amigos, tarde o temprano encontrará a alguien que le cante una canción que a ella le guste y te será infiel. Y si sabes que a tu novio le encanta andar de fiesta en fiesta y casi siempre se desaparece, ten la seguridad que con el tiempo será peor.
Nadie cambiará por ti y mucho menos en nombre de ese amor que te jura cuando lo encuentras en falta. En ese momento recuerda lo importante que eres en su vida, y si logra convencerte te volverás esclava de sus disculpas.
La mala o buena suerte depende qué tanto idealizamos a nuestra pareja,  y si sus defectos o conductas no chocan con nuestras expectativas.
No pretendamos ser ese ángel que cambiará su vida, y aunque te vuelvas perseverante tratando de mejorar las cosas, lo único que lograrás es hacerte daño y creer que no has nacido para el amor.
No debemos buscar la perfección, pero sí a alguien que te respete y comparta tus mismos valores. Toma las cosas con calma y no quemes etapas. Conoce a la persona que te gusta y deja que el romance fluya de manera natural. No esperes mucho y no entregues todo. Nadie rechaza un chocolate. Desde un primer momento date tu lugar, hazte extrañar y si no estás convencido mejor gira en otra dirección. No hay mala suerte en el amor, solo abre los ojos y analiza lo que quieres. Si esa persona cumple tus expectativas entonces arriésgate a ser feliz. Si alguien es para ti, ni aunque te quites del camino lo perderás.
Pilar Cueto

martes, 4 de junio de 2013

El amor a primera vista


¿Crees en el amor a primera vista? Quién no se ha sentido enamorado o se ha quedado en el aire al ver a esa persona que de repente te puso de cabeza. Algunos piensan que es cupido y su flecha mágica que te ha dado directo al corazón. Te atontas y como adormecido la recuerdas esperando el momento de volver a encontrarla.
Las mujeres somos más intrépidas, no esperamos que las cosas sucedan, simplemente se dan porque lo deseamos. Siempre habrá una amiga que tenga acceso a la RENIEC, o somos tan creativas que vemos la manera de averiguar su estado civil.
Lo cierto es que nada nos detiene cuando hay alguien que se nos mete entre ceja y ceja. Si sabemos su dirección pasaremos por su casa de casualidad. ¿Qué, vivías por aquí?, no lo sabía, decimos en medio de una sonrisa tonta. Pero siempre conseguimos el propósito de que nos recuerde.
Dicen los estudiosos  que no se ama con el corazón, para ellos no existe cupido solo una suerte de hormonas que congeniaron con las de la persona que acabas de conocer, produciendo la primera chispa entre los dos. A más hormonas la relación será impetuosa y atrevida. Los sentidos guiarán tus movimientos y pensarás solo en el momento de  estar a su lado.
Si estaríamos de acuerdo con esta teoría adónde irían textos como estos. “Ya no quería escapar, el hombre de sus sueños estaba junto a ella, mirándola con tanta intensidad que hacía temblar su corazón. Solo importaba ese momento y la emoción que le hacía creer que flotaba. ¡Bésame!, suplicó Vanessa. Rogelio se acercó despacio y en un segundo sus labios se encontraron, acrecentando la pasión que dormitaba en sus cuerpos"
  Tendríamos que cambiarlo todo y decir: “Ya no quería escapar, las hormonas la tenían alborotada. Desde la primera vez que lo vio sintió picazón en todo el cuerpo, y ahora estaba frente a ella y no lo dejaría escapar. ¡Bésame!, suplicó Vanessa. Rogelio, que también sufría las consecuencias de la conjunción de reacciones químicas, no pudo aguantarse más,  acercó su boca a la de ella para besarla como un animal”.
¿Con cuál de los textos se quedan? Creo que a todos nos gusta el lado romántico de las cosas. Pensar que cupido te flechó y que el destino te unió a la persona que amas. Si intervienen hormonas y sustancias que emanan de tu cerebro, a quién le importa cuando sentimos que podemos amar con la piel, con la mirada y con cada uno de nuestros pensamientos que nos hace repetir como en un susurro “Te amo”
Pilar Cueto

martes, 28 de mayo de 2013

El amor y las mentiras


La mentira siempre está presente en nuestras vidas. A veces somos los protagonistas y otros simples espectadores comiéndonos las uñas mientras esperamos el desenlace de una historia de amor.
Algunos dicen que vale más una mentira que  una verdad que te haga llorar; aunque me atrevería a decir que quién recita esta frase como suya en el fondo sabe que es víctima de la mentira. Vive un calvario repitiéndose así mismo que todo está bien, que la persona que ama es feliz a su lado, que su comportamiento frío y lejano se debe al stress. Le echamos la culpa al trabajo, a la vida que llevamos yendo de un lado a otro. Buscamos pretextos para sostener nuestra propia mentira antes que permitir que la verdad que ocultamos salga a la luz.
¿Quién es más mentiroso? ¿El que calla? ¿O el que sabe que le mienten y continúa como si nada pasara?
Hay quienes piensan que el amor es una gran mentira, pero no les importa meterse entre sus redes a cambio de un poco de ilusión; esa etapa del  enamoramiento que te hace pensar que eres el ser más feliz del planeta.  Si luego surgen las mentiras, qué importa, dicen, si al final la rosa tiene espinas y el cielo no siempre está despejado.
Pero la mentira es como una hiedra que te asfixia y te obliga a tomar decisiones.
Tarde o temprano se pone en contra de quién la dice o la oculta. No se puede vivir bajo un antifaz participando en una fiesta que va acabando con tu tranquilidad. Es agotador para las partes, el vaso se llena y casi siempre termina explotando el que comenzó el engaño. O confiesa que ya no te ama y que tiene otro amor, o busca la excusa  de “necesito un tiempo” para romper contigo y, de pasadita, hacerte sentir culpable.
El que miente busca involucrar a su víctima para limpiar su conciencia, no acepta que es desleal, malintencionado y  perverso, por hacerte vivir situaciones   o momentos donde tarde o temprano te afecta la autoestima. Se repite que lo hace por ti, para no hacerte sufrir, a pesar de darse cuenta  que ya lo descubriste  y  que estás triste por su culpa. Su egoísmo lo encierra en la mentira como una salida para ocultar su debilidad.
Felizmente el corazón no tiene buena memoria y termina entregándose a otra ilusión, te aprendes otro nombre y vuelves a decir una mentira universal, la que se repite a diario en todas partes del mundo: “Eres el amor de mi vida”
Pilar Cueto

 

 

lunes, 20 de mayo de 2013

Un amor de telenovela


“… y fueron felices para siempre” Es el final de una novela de amor que a todos nos gustaría vivir. Pero, ¿Existen los amores de telenovela? Depende lo que entendamos por este concepto, ya que siempre hay dos caras de una misma moneda. Hay quienes creen que para vivir un amor así se debe cumplir con los elementos que se nos plantea en las historias que vemos en la tele. La chica pobre que se enamora del hombre guapo y que además es rico. A muchas les gustaría encontrarse en esta situación.  No importan los problemas que deban enfrentar si al final descubrirán que han nacido para amarse. Pero no basta que sea guapo y rico, también debe besarla con pasión, despertar en ella la emoción y  el deseo que la lleve a la locura. Entonces el sueño empieza a agrandarse y sin querer nace la frustración y el desengaño. Despiertan del sueño y siguen sin un centavo, y para colmo no hay un apuesto galán haciendo cola frente a sus puertas, y de la pasión solo les queda la imaginación.
Pero si pensamos en el amor que nace del corazón todo puede suceder. No importa si el hombre es un sapo o si ella no es tan escultural como una modelo, lo importante es lo que te hace sentir cuando estás a su lado. La ilusión que se transforma en sonrisa cuando la ves. Los pensamientos que se vuelven palabras cuando él  te abraza. Sin darte cuenta te conviertes en poeta, cantante y escribes las más tiernas cartas de amor. Tu mundo se centra alrededor de su nombre y empiezas a construir sueños donde no hay lugar para nadie más.
Hay que tener presente que la perfección de las novelas de amor solo se encuentran dentro de la historia que el escritor ha creado para ti, pero que en nada se compara con la realidad.  El amor está lleno de matices, nada es absoluto y nada está escrito para siempre.  Es bueno soñar, creerse una historia y llorar con la protagonista. Sentir por un instante la emoción que ella siente cuando el galán la besa, pero aquella historia debe terminar cuando cerramos el libro o apagamos la televisión.
Se puede vivir una historia de telenovela cuando los sentimientos son profundos;  cuando entendamos que habrá malos tiempos que solo nuestro amor podrá superar. El verdadero amor trasciende lo material y puede convertirse en la más bella historia,  donde no hay príncipes ni princesas, solo un hombre y una mujer con ganas de seguir amando.

Pilar Cueto

 

martes, 7 de mayo de 2013

Lo que busca una mujer


Hay mujeres capaces de negociar la paz entre dos naciones. Otras que viven para el momento en que sus hijos vuelvan a casa para abrazarlos y llenarlos de besos. Hay una mixtura entre lo glamour y lo sensual, mujeres que usan sus encantos para conquistar. Podrán ser diferentes, pero en el fondo lo que toda mujer busca es un hombre que no tenga miedo de amar.
Que se entregue cada día a la ilusión de compartir la vida. Que sea un compañero, un amigo, y que nunca la considere del bando contrario, que extienda sus brazos hacia ella para que pueda acurrucarse en su pecho. Que la acepte como es, y que frente a sus defectos no se convierta en marco de sus críticas, sino que la ayude a superarlos.
Un hombre que la mire como si fuera lo más hermoso que hay sobre la tierra. Que la extrañe y que busque un momento para decirle “te amo”
Que jamás se aproveche de sus debilidades, con el que pueda hablar sin miedos y que no la juzgue luego por decirle lo que piensa.
Que sea generoso con su tiempo y no le escatime las horas por otros entretenimientos que solo agrandan la soledad.
Un hombre que no se acobarde frente a las adversidades, que sea su bastón y su fuerza para vencer los obstáculos. Que se respete y valore los instantes que disfrutan juntos, y que al llegar la noche no busque perderse en la bruma de los sueños, sino que espera el momento para decirle que ella es su sueño, y la mujer  que necesita en su vida.
Pilar   

martes, 23 de abril de 2013

La ley del menor esfuerzo


Hace un tiempo leí en Facebook una frase que me llamó la atención. “¿Por qué antes los matrimonios duraban toda una vida?, porque cuando una silla se rompía, trataban siempre de componerla. Ahora si una silla se rompe simplemente la echan a la basura”
Yo lo llamo “La ley del menor esfuerzo” que lo vamos aplicando en todos los actos de nuestras vidas.
¿Ya ha visto cómo funciona este moderno trotador Yumpi?, empieza una propaganda de cable para mostrarnos un aparato que ahora dicen que te da los mismos beneficios que salir a correr. Solo tienen que subir y el aparato saltará por ti y perderás muchas libras en una semana. Pero también perderás la posibilidad de relajarte sintiendo el airecito en tu rostro mientras corres entre la gente.
Ahora resulta que esta LEY DEL MENOR ESFUERZO también se les inculca a los jóvenes. Hija, ¿qué quieres que te regale para tus quince?, Una Lipo, mamá. Y el mensaje que vamos dejando al subconsciente es “SI QUIERES ALGO, NO TE FATIGUES, NO TE ESTRESES. PAGA Y SOLUCIONAS O TE DESHACES DEL PROBLEMA.
Cuando tenemos un sueño no hay nada que se interponga para luchar por lo que queremos. Nos avientan la puerta en la cara, pero seguimos tercos hacia adelante. Nos dicen que no sirves para el puesto que deseas, pero no te rindes, estudias y te esfuerzas para demostrar que ahora sí estás preparado para ocupar el lugar que tanto anhelas.
Pero en el transcurso de nuestra vida vamos olvidando que nuestro matrimonio en algún momento fue el sueño más querido y deseado; y  sin darnos cuenta lo hacemos a un lado sin pensar que debemos de luchar igual y con más ahínco, que por obtener ese ascenso que nos quita tantas horas de sueño.
Pero lamentablemente en la actualidad hay muchas ofertas en el mercado que te endulzan con momentos “mágicos”,  y se  cree que las luces de neón se verán igual de bonitas en el día. Entonces te enfrentas a una realidad que no es lo que esperabas por perseguir un sueño que lo tuviste y lo dejaste morir.
¿Y qué tienes al final del camino? Un aparato que compraste y que nunca usaste. Una hija a quien no se le enseñó que es mejor esforzarse saliendo a trotar o manteniendo un nuevo régimen alimenticio para bajar de peso. Palabras de reproche contra ti misma porque no supiste luchar cuando debiste y perdiste por orgullo lo que sí valía la pena: el amor que un día llegó a tu vida y que te hizo sentir la persona más feliz de este planeta.
 Siempre vale la pena componer una silla. Te da la felicidad de que lo pudiste arreglar, eso sin contar todo lo que te hace ahorrar el salir a buscar otra que la reemplace.
Pilar