jueves, 20 de junio de 2013

¿Existe la buena o mala suerte en el amor?


 Lo que hay son malas decisiones y conductas erróneas que te llevan a creer que existe la mala suerte en una relación. Simplemente nos enamoramos de la persona equivocada y  caminamos directamente al precipicio. No aprendemos de nuestros errores y repetimos la medicina, a pesar de que ya conocemos el sabor. Pero como nos encanta lavarnos las manos nos hacemos las víctimas y salimos con que “no hay hombres buenos” o “todas las mujeres son jugadoras”
Le echamos la culpa a la otra persona cuando somos nosotros los que siempre tendremos la última palabra al decidir si empezamos o no una relación.
Quién no ha tenido un desengaño en el amor, quién no se ha sentido frustrado, dolido y decepcionado, pero esto no es sinónimo de mala suerte, solo debemos cambiar nuestra conducta y decidir correctamente.
El problema empieza cuando nos volvemos ciegos y nos negamos a ver las señales de alarma que la otra persona nos envía,  justificamos su conducta convencidos de que así luchamos por mantener la relación, y no dejamos de darle oportunidades. Pero si tu pareja es coqueta con tus amigos, tarde o temprano encontrará a alguien que le cante una canción que a ella le guste y te será infiel. Y si sabes que a tu novio le encanta andar de fiesta en fiesta y casi siempre se desaparece, ten la seguridad que con el tiempo será peor.
Nadie cambiará por ti y mucho menos en nombre de ese amor que te jura cuando lo encuentras en falta. En ese momento recuerda lo importante que eres en su vida, y si logra convencerte te volverás esclava de sus disculpas.
La mala o buena suerte depende qué tanto idealizamos a nuestra pareja,  y si sus defectos o conductas no chocan con nuestras expectativas.
No pretendamos ser ese ángel que cambiará su vida, y aunque te vuelvas perseverante tratando de mejorar las cosas, lo único que lograrás es hacerte daño y creer que no has nacido para el amor.
No debemos buscar la perfección, pero sí a alguien que te respete y comparta tus mismos valores. Toma las cosas con calma y no quemes etapas. Conoce a la persona que te gusta y deja que el romance fluya de manera natural. No esperes mucho y no entregues todo. Nadie rechaza un chocolate. Desde un primer momento date tu lugar, hazte extrañar y si no estás convencido mejor gira en otra dirección. No hay mala suerte en el amor, solo abre los ojos y analiza lo que quieres. Si esa persona cumple tus expectativas entonces arriésgate a ser feliz. Si alguien es para ti, ni aunque te quites del camino lo perderás.
Pilar Cueto

martes, 4 de junio de 2013

El amor a primera vista


¿Crees en el amor a primera vista? Quién no se ha sentido enamorado o se ha quedado en el aire al ver a esa persona que de repente te puso de cabeza. Algunos piensan que es cupido y su flecha mágica que te ha dado directo al corazón. Te atontas y como adormecido la recuerdas esperando el momento de volver a encontrarla.
Las mujeres somos más intrépidas, no esperamos que las cosas sucedan, simplemente se dan porque lo deseamos. Siempre habrá una amiga que tenga acceso a la RENIEC, o somos tan creativas que vemos la manera de averiguar su estado civil.
Lo cierto es que nada nos detiene cuando hay alguien que se nos mete entre ceja y ceja. Si sabemos su dirección pasaremos por su casa de casualidad. ¿Qué, vivías por aquí?, no lo sabía, decimos en medio de una sonrisa tonta. Pero siempre conseguimos el propósito de que nos recuerde.
Dicen los estudiosos  que no se ama con el corazón, para ellos no existe cupido solo una suerte de hormonas que congeniaron con las de la persona que acabas de conocer, produciendo la primera chispa entre los dos. A más hormonas la relación será impetuosa y atrevida. Los sentidos guiarán tus movimientos y pensarás solo en el momento de  estar a su lado.
Si estaríamos de acuerdo con esta teoría adónde irían textos como estos. “Ya no quería escapar, el hombre de sus sueños estaba junto a ella, mirándola con tanta intensidad que hacía temblar su corazón. Solo importaba ese momento y la emoción que le hacía creer que flotaba. ¡Bésame!, suplicó Vanessa. Rogelio se acercó despacio y en un segundo sus labios se encontraron, acrecentando la pasión que dormitaba en sus cuerpos"
  Tendríamos que cambiarlo todo y decir: “Ya no quería escapar, las hormonas la tenían alborotada. Desde la primera vez que lo vio sintió picazón en todo el cuerpo, y ahora estaba frente a ella y no lo dejaría escapar. ¡Bésame!, suplicó Vanessa. Rogelio, que también sufría las consecuencias de la conjunción de reacciones químicas, no pudo aguantarse más,  acercó su boca a la de ella para besarla como un animal”.
¿Con cuál de los textos se quedan? Creo que a todos nos gusta el lado romántico de las cosas. Pensar que cupido te flechó y que el destino te unió a la persona que amas. Si intervienen hormonas y sustancias que emanan de tu cerebro, a quién le importa cuando sentimos que podemos amar con la piel, con la mirada y con cada uno de nuestros pensamientos que nos hace repetir como en un susurro “Te amo”
Pilar Cueto