lunes, 14 de abril de 2014

Amar a la antigua


Siempre pensaré que el amor es un sentimiento ajeno a las culpas, las traiciones y las épocas. Solo puede inspirar cosas bellas, palabras dulces y las más tiernas ilusiones. Pero ahora vamos tan deprisa que olvidamos que a nuestro paso dejamos palabras al viento, escenarios románticos  y los tiempos necesarios para hacer de una declaración de amor algo que se recuerde toda una vida.
Se vive entre gallos y medias noches escuchando metal y reggaetón, moviéndose al ritmo del rock siempre con un trago que nos ayude a pasar la velada, o nos de esa confianza que se necesita para hablarle a la persona que nos interesa.
De pronto creemos que el mundo puede terminar y empieza una maratón donde se saltan vallas y se atropellan los momentos necesarios que nos permita reconocer, si lo que sentimos es pura atracción o es que el amor por fin ha llegado a nuestras vidas.  
El romanticismo se está esfumando en esta carrera donde la noche ha perdido la importancia para los enamorados, aquella que Neruda recoge en sus versos para expresar un sentimiento en medio de palabras que emocionan.
“En noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito”
No hay una estrategia que se siga para enamorar y esperar con ansia el momento de declarar nuestro amor.
Benedetti no lo pudo decir mejor: “Mi táctica es quedarme en tu recuerdo, no sé cómo ni con qué pretexto, pero quedarme en vos”
Ese es el secreto para que nos tengan presentes a toda hora del día. Inventar momentos donde la música que se escuche sea el silencio, donde no haya nada que desvíe nuestras miradas de la persona que queremos, entonces las palabras fluirán y brotará espontáneamente el lado romántico que habita en nosotros.
Debemos amar a la antigua donde los detalles tenían importancia. No del peluche ni los arreglos florales o las cenas a la luz de las velas, sino de aquellos gestos donde la elegancia al expresar nuestros sentimientos sea un comienzo para enamorar a la luz de la luna. Donde la celebración de un aniversario no represente otro gasto u otra manera de lucirse, sino de recordarle a tu pareja lo feliz que te sientes a su lado, quizá con una rosa que robaste de algún jardín, quizá con un postre que preparaste y que de pronto no te quedó como esperabas.
Amar a la antigua no es tan difícil, solo hay que recordar que lo más importante es el amor, y  no lo debemos buscar en el exterior, sino dentro de nuestros corazones.
Estoy segura que Mario Benedetti no se molestaría si hacemos nuestra aquella frase tan hermosa que escribió y que resume el amor y la felicidad.
“Es tan lindo saber que usted existe”
Pilar Cueto
Soñar  es solo el principio”