domingo, 8 de marzo de 2015

En un minuto puede cambiar tu vida


Basta un minuto para cambiar nuestras vidas y echar al aire el esfuerzo de muchos años. Algunos se esmeran en construir una imagen que en sesenta segundos se hace trizas con una palabra que nunca debió salir de sus labios, o con una acción que debió detener a tiempo.
Nos preocupamos por el futuro y los planes a largo plazo, cuando en realidad deberíamos concentrarnos  en los minutos que se nos van de las manos porque nunca les damos importancia.
Cometemos errores que casi no los percibimos porque ocurren en un minuto, y equivocados seguimos viviendo sin darnos cuenta que nuestra infelicidad es producto de ese instante que dejamos pasar.
Mentimos con mucha facilidad que hasta nos creemos la historia que inventamos; en un minuto nos convertimos en actores interpretando un papel que poco a poco nos aleja del camino. Y cuando no reconocemos la ruta nos preguntamos, ¿dónde estoy?, y casi siempre olvidamos ese minuto donde viramos en dirección contraria.
Agredimos con miradas cuando nos creemos superiores y el resto es poco menos que nada.
Basta un minuto para inflar nuestro ego y arrasar con aquel que se nos plante en frente. Luego olvidamos la mirada porque sin darnos cuenta se hace parte de nuestra vida y de nuestras actitudes.
Ofendemos con frases para desahogar nuestra rabia en vez de buscar la solución a los problemas.
En un minuto vociferamos cientos de adjetivos que después negamos el haberlos dicho, o fingimos que no lo dijimos porque es mejor olvidar a reconocer que nos excedimos.
En un minuto podemos cortar una relación de muchos años, decir adiós y voltear la página siguiendo en otra dirección.
Pedimos perdón cuando tenemos la humildad de reconocer nuestros errores.
En un minuto podemos congraciarnos con las personas que amamos, y encontrar la felicidad con una frase que nunca pasará de moda.
En un minuto puedes decir “Te amo” “Te quiero en mi vida”, y muchas frases que nacen de ese minuto donde solo sentimos y nos dejamos llevar por el corazón.
En un minuto nos podemos dar el lujo de ser felices si aprendemos que los minutos cuentan, y que con cada segundo podemos ser libres y caminar hacia la gloria, o podemos hundirnos en nuestras miserias si desdeñamos esos minutos que van construyendo nuestras vidas.
Pilar
“Soñar es solo el principio”