domingo, 30 de octubre de 2016

Tienes una cita conmigo...

Tú ni siquiera lo sabes, pero tienes una cita conmigo,
un encuentro especial cerca del cielo y junto al mar. Te esperaré con una copa de vino sentada bajo unos arcos mientras la brisa refresca mi piel.
Me pondré un vestido blanco que resaltará en medio de esa noche cálida que brillará bajo las luces de las estrellas. Y tú vendrás con una camisa blanca sonriendo levemente, mientras tus ojos verdes no me pierden de vista.
Esperaré a que llegues junto a mí, a pesar de querer correr a tu encuentro,  me quitarás la copa de la mano y yo te diré:
-Por fin llegaste, te he esperado desde hace mucho.
Tú ni siquiera lo sabes, pero tienes una cita conmigo,
donde las palabras sobrarán y  solo bastará la magia que hubo entre nosotros el día que nos conocimos. Pienso en nuestra cita y me emociono creyendo que eres un sueño…
-A veces soy un sueño –me dijiste L
Sí, eres un sueño que irá a mi encuentro…
Una ilusión que abrazará mi ilusión…
Una hermosa fantasía que a veces es canción teñida de melancolía, y otras brilla como un día de verano.  
Tú ni siquiera lo sabes, pero tienes una cita conmigo,
pasearemos por la playa bajo la luz de la luna y me creeré una ninfa, la más hermosa de todas; caminando como si volara mientras el viento levanta la gasa de mi vestido como si fueran mis alas.
Tú ni siquiera lo sabes, pero tienes una cita conmigo,
cierro los ojos y me veo esperándote…
Y me veo sonriéndote…
Y me veo aguantando los suspiros para que nada estropee ese momento de comunión y entrega de nuestras almas.
Las horas pasan y tú estás conmigo…
Las estrellas se esconden…
Las olas parecen dormir en la orilla…
Una ligera neblina va cubriendo la playa mientras termino el último sorbo de vino. Y la noche se hace más noche y sé que pronto va a amanecer. Me abrazo sintiendo un ligero estremecimiento, pero ya no hay lágrimas, solo una tristeza que de tanto sentirla ya se adormeció sobre las cicatrices que dejó la espera.
Tú ni siquiera lo sabes, pero tienes una cita conmigo,
estarás a mi lado cuando salga el sol…
Cuando el calor vuelva a entibiar la arena…
Cuando la vida vuelva a tener su color….
Entonces pensaré que eres la vida de mi vida…
El sueño de mi sueño…
La ilusión de mi ilusión…
¿Alguna vez te dijeron que te aman con el alma?
Solo se ama así cuando dejas fluir tus sentimientos, cuando dejas a un lado la lógica y dejas de guiarte por lo establecido.
El amor no tiene reglas…
El amor no tiene códigos…
El amor no tiene fórmulas ni tiempo…
El amor no se comprende, solo se siente…
Y tú eres el amor que flota ligero y profundo dentro de mi corazón.
Tú ni siquiera lo sabes, pero tienes una cita conmigo.
Tú vendrás a mi encuentro, y yo te esperaré con mi vestido blanco.
Pilar

“Soñar es solo el principio”

viernes, 28 de octubre de 2016

Habitación 405: Primer capítulo y más...


 
Habitación 405

 "Hay besos fríos, desabridos, indiferentes; besos dulces que te acarician el corazón. Tiernos que te acompañan durante el día. Están los que te quitan el aliento por lo apasionados y salvajes, pero los besos de Joaquín…
¡Ay Dios!, esos ponen fuego en mi sangre. 
Me tientan con un simple roce, me seducen mientras cubren mis labios. Su lengua es poesía acariciando mi boca en un baile sensual que despierta mi deseo. 
Cómo no estar loca por él, si sus besos me hacen estallar por dentro"


El placer de los sentidos


 Capítulo 1


N
o puedo creer que la del espejo sea yo. Me levanté al baño como todas las mañanas y por manía me miro cara, pero esta vez me sorprendo al ver a una extraña.
Mis ojos brillan; y mi rostro tiene la apariencia de una ciruela madura con motas coloradas en mis mejillas. Sonrío mientras recuerdo lo que pasó.
¿Dónde estuve todo este tiempo?
Qué importa… si los besos de Joaquín me han regresado a la vida.

—Quiero besarte —me dijo, y con delicadeza cubrió mis labios.
No estaba preparada para la descarga que sentí por todo el cuerpo, ni para su lengua que sondeó mi boca con aparente timidez, provocándome que la abriera a una exploración más persuasiva y seductora que terminó excitándome.   
Me sentí agitada, temblorosa, con ganas  de más… pero por miedo me aparté, a pesar de querer que no parara.
—¿Qué pasa? —preguntó—, ¿no te gusta?
—Sí, pero mira dónde estamos…—susurré, bajando la mirada avergonzada.
Joaquín miró alrededor, y pareció no importarle la gente que  conversaba  en  el bar mientras Mick Jagger interpretaba “Angie”, poniendo un toque dramático al final de esa historia de amor.
Él miraba con indiferencia y mis ojos no dejaban de observarlo. ¡Qué guapo es!, pensé, reparando en sus rasgos que acentúan  sus líneas de expresión, reflejando a un hombre cuajado que ha vivido y experimentado a plenitud. ¿Y cómo no?, si sus besos son una muestra de un pasado intenso que ha volcado sobre mí, sensibilizando mis terminales nerviosas que estaban sensibles al deseo.
Volvió la mirada y me perdí en sus ojos verdes, entonces reparé que  apenas  sabía  de  él, pero  era  cierto  que  me  miraba  como si estuviese encantado conmigo. 
¿Hace cuánto que no siento eso?
No soy una historia nueva, soy una de las millones de mujeres que en algún momento se resignan a vivir de migajas cuando podemos tomar todo de la vida. 
Y recién ahora lo vengo a entender…
Por fin soy libre para fijarme en cualquiera, aunque Joaquín no entra dentro de esa definición. No es un tipo del montón…
¿Tuve suerte al conocerlo por el Tinder?

Hola, Andrea, me dio gusto encontrarte por estos lares.

Fue su mensaje después que Gina le diera  “like” a su foto. Ella está harta de verme sola, piensa que desperdicio mi vida sufriendo por un tipo que nunca valió la pena. En eso tiene razón, Manuel es un fanfarrón que vive de apariencias, pero es un tema que ahora no importa. Para qué pensar en cómo viví si ahora tengo una vida nueva, me acaban de ascender al área de procesos y fue así que empezó esta historia, escribiendo dentro del wasap de mi grupo de amigas.

Chicas, quiero festejar… ¿alguien quiere reunirse y compramos algunas cervezas?

Se apuntaron cuatro, y con tres six- pack y algunas botanas fueron suficientes para amenizar la noche. No importó que nos congeláramos en la azotea del departamento de Gina, si estábamos entretenidas con la conversación. 
Silvia y su eterno amor, Sasha;  un ruso que hace años dejó el país y que  aún no ha podido olvidar. Vane y el señor Montero, como llama a su ex esposo, a quien pronto volverá a ver cuando regrese a Estados Unidos, dice que  ya no siente nada por él, pero aún recuerda lo bien que la pasaban en los distintos lugares de la casa donde vivían. Pero lo que nos hizo la noche  es digno de Ripley: Aly y los servicios que le presta a Javier,  con quien estuvo casada hasta hace poco. Ahora se encarga de hacer los papeleos que él necesita para su próximo matrimonio con una de las mujeres con la que le fue infiel. 
Las peleas quedaron atrás, ellos tienen tan buena relación que no solo almuerzan juntos en el departamento de él, sino que Javier buscó el consejo de Aly para comprar el anillo de compromiso que le dará a la nueva señora Velazco, que por cierto ignora estos entretelones por andar metida en el trabajo. Pero como siempre terminan comentando  lo vacía que es mi vida, volvieron a la carga para animarme a buscar  pareja.
—No estoy desesperada —respondí—, lo último que quiero es enredarme con alguien. 
No estoy lista para empezar una relación, Manuel me hizo  daño con sus mentiras y es imposible que no sienta desconfianza. 
—Dame tu celular  —dijo Gina, agarrando el aparato que estaba sobre la mesa.
—¿Para qué lo quieres?  —pregunté intrigada.
—¿Cuál es tu clave?
—No vayas a llamar de mi celular —dije, poniéndome en alerta. 
Como estaban  en plan de joda no quería que hicieran alguna payasada  a través de mi número.
—No voy a hacer eso… voy a bajarte un programa.
—¿Me vas a instalar Candy Crush?—pregunté sonriendo, recordando que Gina es adicta a ese juego.
—Voy a hacer algo mejor, voy a instalarte el Tinder —respondió divertida.
—¿Y qué es eso?
Me sentí tonta, torpe y fuera de onda cuando Gina  me explicó que es una plataforma para conocer gente y ligar desde tu casa. 
—Estás loca si piensas que voy a salir con un tipo que no conozco —comenté mientras ella creaba mi perfil.
—¿Qué edad quieres que te ponga?  —me preguntó, sin hacer caso a mis palabras.
—Ponle 35 —dijo Silvia, divertida con la situación.
—Nada de ponerme otra edad. ¡Tengo 40! —respondí, ya sin ganas de negarme a que me inscribieran;  había tomado tres cervezas y podía  aceptar cualquier estupidez.  Estaba feliz, y eso era lo importante. 
Siempre esperé que me ascendieran, soñé ser jefa desde que entré al corporativo como asistenta de planeamiento comercial, y me sentía realizada con el nuevo cargo. No solo representaba otro paso en mi carrera, sino  más ingresos y más ahorros  que me ayudarían a comprar el departamento de mis sueños, así que tenía muchas razones para celebrar.
—Qué desabrida, deberías ponerte menos y buscar tipos de 35 —me aconsejó Vane—. ¿Te acuerdas de Fredy?, él tenía 32.
—¿Y te cuerdas que no tenían tema de conversación? —comenté, recordando al tipo musculoso que conoció en el gimnasio. El que luego terminó manejando su auto y cargando las bolsas del súper hasta que ella  se cansó. 
Y es que el sexo no es lo más importante, y mi amiga lo entendió después de un año de pagar los hoteles adónde iban a saciar sus ganas. 
—También me acuerdo lo apasionado que era —dijo Vane mientras apretaba un cojín sobre su pecho, tal vez imaginando que era el cuerpo de ese bueno para nada al que un día conocí—. No saben cómo me hacía sentir…—agregó nostálgica.
—¡Listo!  —exclamó Gina, interrumpiendo el suspiro de Vane que estaba a punto de seguir con los detalles de lo buen amante que siempre fue Fredy. 
—Ahora te enseñaré a usarlo—agregó entusiasmada con el nuevo juguete que ponía en mis manos.
No presté mucha atención a sus indicaciones porque  tenía planeado desinstalar la aplicación cuando me fuera a casa, no me hacía gracia estar en vitrina para que le dieran “like”  a mi fotografía. Tampoco  quería  arriesgarme  a  que  alguno  del corporativo me encontrara en bandeja exponiéndome al mejor postor. Y ahora que era jefa debía cuidar más que nunca mi imagen y mi reputación de mujer seria y responsable. Y no es nada responsable andar ligando con gente que no se conoce.
 —Nadie dice que debas salir con ellos, pero te puedes entretener conversando —dijo Gina mientras destapaba una cerveza—… y no olvides que una de las  reglas es no decir tu apellido —continuó, empecinada en darme las pautas para que no cometiera ninguna tontería.
Soy ingeniera y llevo ejerciendo algunos años, soy  eficiente en mi trabajo, pero en cuanto a relaciones personales  soy un cero a la izquierda.
Nunca tuve tiempo para las juergas, estaba preocupada por ser la mejor de la facultad hasta que conocí a Manuel, entonces  mi mundo se redujo a él y en llevar adelante la carrera que recién empezaba. Si no fuera por mis amigas del colegio no tendría con quien divertirme. Son mi refugio, la amistad,  el compañerismo y a veces las malas juntas.
—No des pistas para que te encuentren, aquí la que tiene el control eres tú —añadió Gina mientras le daba “like” a las fotos de los hombres que aparecían en el Tinder. A mí no me importó, yo estaba entretenida escuchando la última propuesta de Javier.
—El pobre no tiene tiempo —comentó Aly en tono de buena gente que me provocó asfixiarla—, quiere que le busque el catering para que organice la fiesta de su matrimonio. 
—¿Estás bromeando? —exclamé molesta—. ¿No te basta con haber escogido el anillo de la fulana? No creo que seas buena, Aly, ¡eres una tarada! —agregué sacada de onda. 
Yo apoyo las buenas relaciones con el ex, los buenos modales y hasta las charlas de café para hacer catarsis sobre lo que no funcionó, pero mi amiga está mal de la cabeza. 
—Ay, Andrea, qué tiene… lo que Javier me hizo ya lo olvidé. Tenemos dos hijos y…
—Y no me digas que lo haces por ellos.
—En realidad, no, pero si él necesita mi ayuda no me puedo negar.
—Espero que no se entere su mujer—agregué con sarcasmo.
—Ella anda tan ocupada que no pregunta quién deja la comida en los tapers de su refrigeradora —respondió Aly sonriente. 

—Cuéntame  más sobre ti —dijo Joaquín, mientras tomaba un sorbo de vino sin quitarme los ojos de encima.
—Acaban de nombrarme jefa en el área de diseño y mejoras de procesos —respondí orgullosa.
—¿Y te  gusta  lo que haces? —preguntó, mirándome  por encima de la copa.
—Siempre es un reto aprovechar los recursos para generar más dinero.
Joaquín me escuchaba mientras le daba detalles sobre mi trabajo en el corporativo. De rato en rato preguntaba y hacía comentarios  muy  acertados  sobre administración, estrategia empresarial e indicadores de resultados, dejándome sorprendida por sus conocimientos y más fascinada de estar con él. 
—No sabes cómo te brillan los ojos —dijo, acercándose  a mí—, se nota que amas lo que haces.
Estaba emocionada, no creo en los amores a primera vista, solo estaba afectada por su encanto y ese aire seductor que le sale natural, pero cuando puso una mano sobre mi hombro empecé a perder la calma. Mi respiración se alteró y sin querer miré sus labios mientras sentía una tormenta entre mis piernas tensando mis muslos, y sensibilizando el lugar donde se concentra mi deseo. Palpitaba, quemaba; y era consciente de la suave punzada que iba calentando mis entrañas. Era deseo puro colándose bajo mi piel, anticipándose al placer de volver a sentir sus labios  en un beso que quería con desesperación.
¿Qué pasaba conmigo?
De pronto enloquecí ante mi deseo. Solo quería su boca, su lengua fisgoneando y atizando mi pasión. Respiraba agitada, esforzándome por estar tranquila cuando por dentro era un volcán a punto de explotar. 
—Eres encantadora —dijo, mirándome fijamente—, felizmente te encontré.
No respondí, pero estaba feliz de estar con él y sentir que lo conocía de siempre.
Joaquín es un tipo educado que sabe manejar  una conversación, y se mueve con la confianza de quién está  acostumbrado a tratar con una mujer. Tal vez yo era una de las tantas citas que tiene a través del  Tinder, pero  para mí es especial.  Es el primer hombre con el que tengo una cita después de Manuel, aunque en los últimos años solo nos escapábamos al cine de vez en cuando. 
Joaquín es un soplo de aire fresco, un cambio  a  la  rutina de siempre. Es  un  hombre  que  me  provoca  sensaciones desde el primer momento en que lo vi. Desde que subí a su auto y me preguntó si quería tomar  café o una copa de vino. Pensé que iríamos a una cafetería, pero después de verlo me di cuenta que no es  hombre para mirar entre aromas de cafés y sándwiches calientes. A Joaquín hay que observarlo sin prisa en medio de una cálida conversación con sabor a uva, es la compañía perfecta para disfrutar de un buen vino o de una copa de champán mientras te pierdes en su mirada provocadora y sensual.  Y estaba a su lado llenándome con sus ojos que brillaban mientras me observaba. Su mano seguía sobre mi hombro y era consciente de su contacto. Un ligero temblor me sacudió el cuerpo cuando vi que se acercaba a mi rostro, entonces me olvidé de la gente para entregarme a su beso cargado de pasión. Ya no seducía,  la boca de Joaquín arremetía y exigía una respuesta que le entregué sin dudar, mientras su lengua palpaba la mía con deseo. Una punzada de sensaciones bajó desde el centro de mi estómago hasta la parte baja de mi cintura. La sangre me fluía apresurada mientras  por instinto me pegué a él. La cabeza me daba vueltas por el placer que aceleraba mi corazón.
Levanté las manos  y  acaricié su barba, Joaquín me apretó contra  su pecho. Seguimos besándonos, acariciándonos con la  lengua  en un juego que me  humedecía cada vez más. Tomó mi  mano  y  la  llevó  bajo  la  mesa, apretándola  contra su erección mientras yo seguía en la hoguera de su boca, abandonada a los deseos de mi cuerpo que reclamaba más y más.
Me excitaba su dureza; me embriagaba su pasión que palpitaba bajo la tela de su pantalón, que a duras penas contenía su fuerza. Gemía despacio mientras Joaquín me besaba por el cuello, en mis mejillas… para volver a  mi boca que reclamaba la suya con angustia.
Nunca sentí  tanto placer… 
Nunca me besaron así…
… Quería que me hiciera suya a la vista de todos para que vieran cómo me deseaba. Pero seguimos besándonos  mientras ardía la pasión bajo la mesa, sin imaginar  que el incendio apenas comenzaba, y que explotaría en medio de otra canción de los Rolling Stones. 


 Capítulo 2


P
or un segundo entré en razón y quise detener tanta locura, pero Joaquín volvió a tomar mi mano para dejarla sobre su miembro que ahora respiraba aliviado de tanta presión.
¿En qué momento bajó el cierre de su pantalón?
De repente lo tenía en medio de mi palma apretándolo suavemente mientras deslizaba la mano de arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba, en un rítmico movimiento que lo puso más firme y más tenso de puro deseo.
—¿Puedo retirar la fuente?
Por instinto moví la mano mientras me apartaba de Joaquín, pero él evitó que la sacara apretándola más fuerte contra su sexo.
Miré al mozo preguntándome si se habría dado cuenta lo que pasaba bajo la mesa, pero él parecía impávido y ajeno a mis ganas que aceleraba mi respiración. 
—Por supuesto —respondió Joaquín con tanto aplomo que me sorprendió. Le sonreía al mozo mientras yo seguía temblorosa y con la mano ocupada.
¿Cómo podía estar tranquilo con semejante situación?
Entonces reparé en su mirada vidriosa y me di cuenta que todo era pose. Joaquín estaba afectado como yo, su pecho  subía y bajaba pero apenas se notaba bajo la tela de su camisa a cuadros.
—¿Desean servirse algo más? —preguntó el mozo con exagerada formalidad. 
—Gracias, ya le avisamos… —agregó Joaquín, pasando el brazo sobre mis hombros.
El mozo se alejó, llevando la fuente con los restos de algunos piqueos que devoramos en cuanto llegamos al bar.  
Qué pasaría ahora que volvíamos a estar solos? 
No tenía que seguir con la mano sobre su miembro, nada impedía que recobrara la cordura después de tanto jaleo. Pero le cogí el  gusto al poder que iba sintiendo mientras volvía a torturarlo con mis caricias suaves y prometedoras, que Joaquín disfrutaba con los ojos cerrados.
—Lo haces bien, Preciosa —susurró—, así… me gusta cómo se siente. 
La adrenalina fluía con rapidez por mi cuerpo incitándome a ser más atrevida, pero cuando Joaquín puso la mano sobre mi rodilla, supe que aquello no terminaría ahí…     

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jueves, 27 de octubre de 2016

El lugar de mis sueños...

Tengo muchas ganas de encontrar un lugar que sea mío,
y cuando pienso en eso siempre me pregunto cómo quiero que sea ese lugar, ese espacio que llevará mi sello y mi personalidad.
No me importa si es en el campo, las montañas, la playa o una gran ciudad. Quiero que cuando pase el umbral de la puerta se respire a mí…
Se huela a mí…
Se sienta mi energía…
Se descubra que realmente vivo ahí por mis libros y por las pepas de durazno que suelo dejar por donde camino (es uno de mis defectos J)
Quiero tener un sillón con un enorme respaldar y una lámpara de luz muy tenue. Un espacio para Pin Pon, aunque estoy segura que siempre terminaría durmiendo a los pies de mi cama.
Un lugar donde se respire tranquilidad y huela, de vez en cuando, a pie de manzana. Donde haya Tulipanes en un jarrón y una ventana que me conecte directamente al cielo. Suelo levantarme a las tres de la mañana y siempre busco una estrella a esa hora, pero no la encuentro. Igual, no me canso de mirar, siempre puede ocurrir un milagro J
Quiero viajar y saber que por más lejos que me encuentre siempre existirá ese lugar esperando por mí, abrazando entre sus paredes mi recuerdo.
El día que lo encuentre no tendré mucho que empacar…
Mis historias están dentro de mi mente…
Hay recuerdos que dejaré en una esquina, otros que llevaré en el corazón junto a los buenos momentos, esos que siempre me arrancan una sonrisa; donde también acomodaré el amor por mi familia,  y los afectos que fui cosechando a lo largo de mi vida.
Llevaré en el alma mis sueños y esas ilusiones que nunca brillaron, y de las que no me puedo desprender porque siguen dentro de mi ser.
No me olvidaré de mi pequeño libro de poemas que siempre leo y releo todos los días.  Ese libro cabe dentro de un bolsillo, y es mi mundo…
donde hay mucho de mí…
mucho de mi historia…
mucho de prosa y verso…
…de calma y tempestad.
Habría querido tener más equipaje, pero el amor no se mendiga...
El amor se siente…
El amor se expresa…
El amor se lucha…
El amor se nutre muchas veces de paciencia y olvidos…
Pero hay momentos en que el silencio te grita que te detengas, y grita tan fuerte que es imposible no escuchar.
Quiero encontrar lugar donde se escuche mi música y mi risa, en donde dejaré en cada espacio mi corazón y las huellas de mis pasos que a veces van lento y a veces corren, pero nunca dejan de caminar.
Pilar

“Soñar es solo el principio”

martes, 25 de octubre de 2016

Tómame en tus brazos...

Tómame en tus brazos y deja que recueste mi cabeza sobre tu pecho.
Quiero cerrar los ojos y escuchar los latidos de tu corazón; quiero perderme en el tiempo mientras viajo dentro de un sueño sabiendo que estás a mi lado, sabiendo que te tengo.
Quiero que abraces mi alma donde vives a diario, donde tu nombre serpentea en medio de luces de neón. Mi alma te necesita, en ella guardo mi esencia: la rebeldía que a veces me descontrola. La ternura que guardo para mí, y el amor que me gustaría entregarte.
Quiero que abraces mi cansancio y que me ayudes a pasar las noches, los días largos y fríos que a veces entumece mis latidos. No soy invencible, puedo reinventarme, pero queda la fatiga emocional que me va quitando fuerzas.
Quiero que me tomes entre tus brazos y calmes mi ansiedad; la incertidumbre que a veces gobierna mi vida donde nunca sé lo que va a suceder, pero donde siempre estás tú, como el faro que veo a la distancia y que alumbra mi camino, pero al que nunca puedo llegar.
Quiero que me tomes entre tus brazos y que me acunes con ternura, engríe a la niña que habita dentro de mí y que a veces se asusta, y que a veces está perdida.
Quiero que abraces mi alegría, la que a veces aparece como rayos de luz en la oscuridad, pero que son tan fugaces que pienso que son espejismos dentro de un desierto carente de amor.
Quiero que me tomes entre tus brazos mientras llega el amanecer y me pierdo en medio de tus ojos verdes, en medio de esa fantasía de color que ansío ver todos los días.
Quiero que me tomes entre tus brazos y me llames mi amor…
Otra ilusión…
Sí, es verdad… una ilusión que se resiste a morir y a la que me aferro para no adormecer mi corazón
Pilar

“Soñar es solo el principio”

sábado, 22 de octubre de 2016

Habitación 405, detrás de la historia...

La vida me ha sorprendido de muchas maneras en los últimos años, me he visto frente a cambios que por momentos no podía asimilar y que en realidad, hasta el día de hoy, me tienen como flotando y sin poder encajar dentro de un espacio.
Estoy llena de preguntas, a veces con mucho miedo, pero aferrándome siempre a lo que me siento segura:
Mis historias…
Mis fantasías…
Mis sueños…
… Mi literatura donde a veces me expongo y otras me escondo en medio de palabras que acogen mi soledad, mi desamor y mis tristezas.  
Pero en medio de este remolino en que se ha convertido mi vida, disfruto viajando en medio de historias que nacen de alguna parte de mí, y que luego cobran vida y se liberan abandonándome y utilizándome para  que cuenten su verdad, y no lo que yo deseo.
Soy como una esponja que está atenta a lo que ocurre a mi alrededor para nutrirme de experiencias ajenas, de ilusiones que luego hago mías. De pasiones y secretos que guardo en el alma y que disfrazo dentro de historias llenas de sentimientos que siempre tienen una cuota de mi verdad.
Nunca estuvo en ms planes escribir una novela erótica, pero cuando empecé a escribir “Habitación 405”, sentí que Andrea y Joaquín, tenían mucho que decir. De pronto me encontré en la disyuntiva de frenarme o dejar que la historia fluya.
Confieso que me asusté mucho porque el no ponerme límites significaba despojarme de porrazo de todos los carteles que me obligaron a llevar desde que era niña, donde  no debía de mostrar lo que sentía, donde debía reír con moderación, cuidando siempre una línea de conducta que iba distante con la espontaneidad.
Aún recuerdo la emoción y el nerviosismo que sentí cuando describí la primera escena erótica dentro de la novela, y cómo la rebeldía que llevo en el alma se apoderó de la situación tomando el control y doblegando esa parte de mí que aún se resistía a dejar a un lado  los convencionalismos y la hipocresía.
“Habitación 405” es más que una historia erótica que encenderá tus ganas, es verdad… pero también te encontrarás frente a una historia que tocará tu corazón en muchos momentos cuando la protagonista se enfrenta a una verdad que no sabe cómo asumir.
Me gusta esta historia porque me liberé y me ayudó a convertirme en otra mujer. Más abierta y sin los prejuicios que cargaba sobre la espalda; y como profesional me ha enseñado que puedo asumir retos y cumplirlos con responsabilidad.
“Habitación 405” ahora es de ustedes, disfrútenla y siéntala como yo lo disfruté cuando me emocionaba o lloraba por alguna escena que me conmovía, cuando me olvidaba de las horas en medio de una aventura que me robó el corazón.
Andrea, una mujer que descubre la pasión.
Joaquín, un hombre que la vuelve loca, y que además tiene los ojos verdes ;)
(Descárgalo en iTunes)
Pilar

“Soñar es solo el principio”

lunes, 17 de octubre de 2016

Mi amor, quiero que soñemos juntos...

Hoy no quiero que cierres los ojos…
Quiero que estés despierto y que a la distancia veas lo que yo veo desde aquí.
¿Quieres soñar junto a mí?
Te invito a volar por ese mundo donde todo es posible, y que a mí me gusta visitar a diario.
¿Miras el mar?
Se ve tan bello desde el balcón mientras la brisa marina se impregna en nuestra piel. Rodeas mi cintura con tus manos y yo creo que estoy en el cielo.
-Soy muy feliz –murmuro, mirando tus ojos verdes.
Tú me besas suavemente diciéndome sin palabras que también eres feliz conmigo.
Paseamos de la mano a lo largo de la bahía mientras te hablo sobre mi vida...
Mientras me cuentas tus secretos…
Mientras nos besamos sin tregua y sin descanso…
Tierna y apasionadamente, ahogándonos en nuestra respiración.
¿Escuchas tu corazón?
¿Escuchas el mío?
Creo que están a punto de enloquecer, pero nada importa, ni siquiera la gente que nos mira sonriendo…
Que nos mira con envidia…
Que nos mira deseando que sus ojos brillen como los nuestros.  
Nos bañamos en el mar y río sobre tu boca. Rodeo tu cuello con mis manos y te digo que te amo.
-Yo también te amo…  -respondes antes de robar mis labios con sabor a sal, y hurgar con tus ganas en el interior de mi boca.
Regresamos a la habitación y brindamos con champán. Mojo el líquido con la yema de mis dedos y lo deslizo sobre tus labios provocándote, deseando que pierdas la cordura y enloquezcas dentro de mi cuerpo.
Pero cambio de idea y te pregunto si quieres bailar conmigo. No espero tu respuesta y me apresuro a poner mi canción favorita. La que siempre soñé que bailaría contigo.
Me quito los zapatos y tomo tus manos mientras la música se escucha en toda la habitación.
Me tomas en tus brazos y me llevas al ritmo de esta melodía, que es cómplice de una tarde que empieza a ocultarse en algún lugar del horizonte.
Nos sumergimos en la magia de cada nota musical mientras nacen los besos y explota el deseo.
Caemos sobre la cama y dejo que me quites la ropa despacio, como si la prisa no calentara nuestra sangre. Pero no hay prisa por acabar con la pasión que arremete nuestros sentidos.
No hay prisa para devorarnos entre caricias que encuentran eco en la música que se sigue escuchando en la habitación.
Somos dos cuerpos sintiendo…
Anhelando…
Arrebatando entre suspiros amor y más amor.
Mi cuerpo flota entre tus manos que me despiertan a la vida, y ahí, en medio del mar, la noche y la música, nos fundimos en un solo grito de deseo.
Afuera la vida continúa mientras nosotros seguimos suspendidos en el tiempo creyendo que es sueño lo que vivimos…
Creyendo que es mentira que por fin estamos juntos…
Pero es verdad, estás aquí, y miramos somnolientos el amanecer.
Mi cabeza sobre tu pecho…
Tu cabeza sobre la mía…
Me basta mirar tus ojos verdes para saber que eres feliz.
¿Qué más le podemos pedir a la vida?, si le acabamos de robas las horas más hermosas…
Los besos más dulces y explosivos…
Las caricias que dejaste sobre mi cuerpo y que yo dejé sobre el tuyo.
-Te quiero, vida de mi vida…
Tú sonríes y vuelves a besarme mientras el sol anuncia otro día maravilloso.
Mar, brisa, felicidad…
Mi amor, ¿quieres soñar junto a mí?
Pilar

“Soñar es solo el principio”