domingo, 5 de febrero de 2017

Equivocada...

Pensé que encontraría el camino que me llevaría hasta ti, pero me equivoqué.
Nunca estuve en la ruta, solo me ilusioné con sueños que fui construyendo sobre la arena.
Me cegó la luz de mis fantasías, y las emociones que tú despertaste en mí. Y creí que podía ser la mejor historia de tu vida, la que borrara tus malos recuerdos, las mentiras que ensombrecieron tu corazón.
Me creí única y especial, pero no es verdad, solo soy un nombre que a veces recuerdas en medio de tus prisas; en medio de tu mundo donde no hay lugar para mí.
Y aquí estoy, a la vera del camino, viendo llegar la noche, y con ganas de atacar a la ilusa que vive dentro de mí.
La que se emociona y  alborota; y la que aún cree en el amor.
La que te ofreció sus verdades…
La que te abrió su alma…
La que estampó tu nombre dentro de sus sueños.
Esa ilusa que te esperó para abrazarte,
para adorarte con sus besos.
La que siguió creyendo en ti…
La que te ve en cada estrella…
La que te siente en medio de mi soledad.
Pero nada de lo que te dimos te importó, y ella lo entenderá algún día, como lo entendí yo.
Y aquí estoy, a la vera del camino, repitiendo bajito:
Pude ser el rocío de tus madrugadas,
el halo de luz que se cuela por tu ventana.
Pude escribir pasajes nuevos en tu memoria,
y quedarme para siempre en tus ojos verdes.
Pero me equivoqué...
No necesitas mi sonrisa.
No necesitas mi mirada.
No necesitas mi voz.
No necesitas mis besos.
Tú puedes seguir viviendo sin mí.
y yo...
qué importa lo que necesito yo
Pilar

“Soñar es solo el principio”

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