miércoles, 14 de enero de 2015

Te amo o te necesito

Recuerdo a la madre Meri que me enseñaba religión en el colegio, ella solía decir que el verdadero amor se debía entregar sin esperar nada a cambio. También recuerdo una de las canciones que solíamos cantar en el pensionado de monjas donde luego viví cuando vine a estudiar a Lima “Amar es entregarse olvidándose de sí, pensando en lo que al otro pueda hacerle feliz” La madre Margarita siempre se esmeraba en hablarnos de ese amor desprendido y sin retorno, donde uno no importaba; donde uno siempre está en segundo lugar. Un amor que solo funciona en las canciones y en argumentos que intentan magnificar un concepto tan simple y tan grande. Tan mágico y tan humano… que por el hecho de sentirlo ya te hace especial.
Pero ese amor de una sola vía tarde o temprano va socavando tu interior, va ensanchando el espacio donde se acomoda la soledad, la insatisfacción que poco a poco te lleva a la infelicidad.
No se puede amar sin esperar nada, no te puedes entregar sin esperar respuesta. El amor debe fluir en ambas direcciones por igual. Un “toma y dame” que te llene y te inspire a seguir haciendo cosas por la persona que amas. Pero a veces nos volvemos protagonistas de estas canciones y terminamos repitiendo: “Te necesito, mi amor” “No puedo vivir sin ti”, y te desvías del camino y sientes que si no sigues entregando te vas a quedar vacía. Deja de importar tus sentimientos, tus sueños, tus deseos; y empiezas a vivir los sueños de alguien más que intentas acomodar a los tuyos y, que a pesar de los esfuerzos, no calzan en tu espacio porque no nació de tu corazón y no lo sientes con la misma intensidad que la otra persona.  
Igual estás vacía, igual no tienes nada; solo una ilusión que llamas amor y que sin darte cuenta se hizo humo frente a tus ojos convirtiéndose en dependencia.
El amor  es desear estar con alguien porque así lo quieres, no porque lo necesitas.  Es entregarte plenamente porque lo sientes y disfrutas las respuestas que recibes. Los besos que das y dejan sobre tus labios. Las caricias que nacen y fluyen en la misma medida.
Se puede seguir solo por la vida, pero si encuentras a alguien con el que puedas ser tú mismo y caminar en la misma dirección porque así lo deseas, disfrútalo. Entrega todo, pero también prepárate para recibir.
Pilar
“Soñar es solo el principio”