domingo, 22 de enero de 2017

Sin salida...

Hay lazos invisibles que llevas alrededor del corazón
y que te unen a un amor que un día aparece frente a ti.
Cómo escapar al hechizo de esa mirada que te atrapa en el aire y te hace temblar de emoción.
Cómo huir de la dulzura que  abraza tu alma mientras no sabes si estás en medio de un sueño, o es verdad que ese príncipe por fin tiene un rostro que empiezas a amar.
Por fin tiene una voz que ansías que repita tu nombre.
Por fin tiene una piel que tu cuerpo reclama cada noche mientras te preguntas por qué se fue…
Por qué no está junto a ti…
Por qué no vive dentro de tu mundo…
Por qué hay distancias entre los dos.
Pero pretendes seguir con tu vida mientras su nombre es un inquilino que vive dentro de tu mente, recordándote que él está en algún lugar respirando un aire que tú no respiras, y mirando un paisaje donde tú no estás. Y te atrapa la melancolía mientras ves sus fotos ahogándote en suspiros que se pierden en la noche que ya sabe de tu amor…
Que ya sabe de tu tristeza…
Que ya sabe de tu historia que a veces pintas de ilusión porque él piensa en ti, y a veces se torna gris cuando la realidad te demuestra que estás sola, que sus pensamientos no calman la necesidad que tienes de él.
Tú quieres que te abrace…
Tú quieres morir en su boca…
Tú quieres olvidarte del mundo mientras estás en sus brazos.
Tú quieres volver a la vida a su lado.
Gritas su nombre, lo llamas en tus sueños, pero él no responde.
Buscas sus ojos verdes, pero no encuentras su mirada.
¡No tienes nada!
Solo un amor que no entiende que él nunca vendrá aunque lo llames y le digas que es la vida de tu vida…
El sueño de tu sueño…
La ilusión más grande que tienes dentro del corazón.
Pero entiendes que no hay salida para ese amor que está en tu sangre calentando tu alma en cada invierno, y poniéndole color a la primavera mientras murmuras su nombre en cada atardecer.
Pilar

“Soñar es solo el principio”

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