martes, 24 de enero de 2017

Coincidencia...

Nada es casual en la vida, ni el encuentro que tuvimos los dos; ese instante que ha marcado un después en mi vida donde todo era gris y monótono. Donde no existían suspiros, ni fantasías, y tampoco la esperanza de un amor que reviviera mi corazón.
Coincidimos bajo un mismo cielo…
En el mismo lugar…
A la misma hora…
Y fue como un eclipse que remeció mi cuerpo y mi alma.
¡Estaba viva!
Y yo que creía que solo deambulaba en medio de días largos y aburridos, pero te vi… y estabas frente a mí sin saber el terremoto emocional que sacudía mi interior, sacando las telarañas que el tiempo había dejado bajo mi piel.
Me sentí diferente y vi en el espejo a esa mujer que tú miraste, la que por un instante se reflejó en tus ojos verdes, la que te escuchaba y se repetía en silencio:
“Es él…”
 “Es él…”
Y eras tú…
El que despertó mi locura y revivió a la mujer que se había escondido en medio del llanto y la desilusión. El que entró por mi ventana para quedarse en mi vida, para ser parte de mis sueños; para ser la fantasía que a veces me hace volar, y a veces me corta la respiración cuando reparo en la puerta que pones entre los dos.
Pero mi corazón se reinventa en medio de ese mundo que visito a diario,
donde todo es perfecto…
donde todo es posible…
donde todo se amolda a mis deseos…
donde no hay rechazos…
donde no hay indiferencia…
donde tus besos son mis besos…
donde tu cuerpo y mi cuerpo forman una sola sombra en la pared…
donde coincidimos en tiempo y lugar para vivir la emoción de encontrarnos.
¿Por qué tardas, mi amor?
Anímate y cruza el umbral, camina despacio hasta mí.
Ven al encuentro de mis brazos que esperan por ti.
Ven al encuentro de mis manos que quieren acariciar tu piel.
Ven al encuentro de mis labios que ansían tus besos.
Ven al encuentro de esta ilusión que sé que también vive en ti, a pesar de tu silencio que es como un vendaval queriendo apagar la llama que calienta dentro de mi pecho.
¿Crees que aún hay tiempo?
Eso es mentira…
A veces dejamos para después una sonrisa que puede iluminar nuestra vida,
esa mirada que puede darnos felicidad,
ese beso  que puede estremecernos de punta a punta,
esa caricia capaz de elevarnos al mismo cielo.
Ven al encuentro de mi alma que deambula solitaria por los rincones.
Ven…
Mi corazón te llama, y se ha quedado sin voz de tanto repetir tu nombre.
Pilar

“Soñar es solo el principio”

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