Entre
el cielo y tus ojos no hay distancia, porque en tu mirada viven las estrellas, ellos
me iluminan, me acompañan, me abrazan en noches solitarias. Tus ojos guardan el
misterio de tu vida, tus sufrimientos y locuras, dos esmeraldas que adoro a la
distancia y tocan cada fibra de mi ser.
Entre
el cielo y tus brazos no hay distancia, porque son mi refugio, mi morada; la
hamaca donde se mecen mis ilusiones. El lugar perfecto para descansar y soñar,
sintiendo la tibieza de tu aliento, la dulzura de tus besos y la suavidad de
tus dedos bajando lentamente por mis mejillas.
Entre
el cielo y tu cuerpo no hay distancia, porque es el fuego que me enciende y me
regresa a la vida. El lugar que exploro mientras tocamos la luna; mientras me
convierto en arcilla que vas moldeando con tus manos.
Entre
el cielo y tu corazón no hay distancia, porque ahí está la gloria que quiero conquistar. Es el puerto en donde quiero
anclar, en donde quiero vivir; en donde quiero dejar un poco de mí.
Ando
en busca de ese cielo…
De
esa vida…
De
ese sueño que quiero vivir junto a ti.
(Extracto de un sueño)
(Extracto de un sueño)
Pilar
“Soñar es solo el principio”
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