jueves, 29 de agosto de 2013

El arte de la seducción


No todos tienen el arte para seducir a una mujer. Hay quienes piensan que ser directo es lo mejor, y entonces te chocas y no entiendes por qué te rechazaron si la otra parte contestaba tus llamadas, aceptaba tus invitaciones  e incluso sentías que te miraba de manera especial.
Están los que creen que mostrarse irresistibles es llevar la delantera, y siempre que se encuentran con la chica llevan  imagen de ganador. Usan todo lo que Dios y la billetera les dio para tratar de cautivar. Lanzan miradas aprendidas a lo Jamens Bond, caminan a lo John Travolta en “Fiebre del sábado por la noche”, y visten tratando de impresionar: un look a lo “One direction” no les viene mal a muchos  jóvenes que piensan que copiando el vestir o el corte de cabello de esta banda inglesa, tendrán los mismos resultados que ellos. Los más formales usan un buen traje que los haga lucir  ejecutivos o como un “Playboy” que deja su suave y tentadora fragancia no solo en tus manos, sino a cada paso que da.
No faltan los que tienen el ego muy inflado, y creen que al hacerse los interesantes respaldados quizá por su buen cuerpo, un rostro de comercial y por qué no una buena cuenta bancaria, es la mejor forma de darse su lugar y decirle a la chica: “Mírame… esto puede ser tuyo si accedes a mis deseos”
Pero cuando una mujer no quiere ser seducida, no le importará ni el dinero, ni su ropa de marca, ni su look y mucho menos su carita de ángel.
Creo que la mejor forma de seducir a una mujer es dejándote atrapar, si tienes la suerte de que tus deseos coincidan con los de ella, porque  cuando una mujer  pone el ojo en alguien difícilmente lo deja escapar.
A veces no elegimos bien, a veces damos en el blanco, pero es seguro que siempre seremos nosotras las que tengamos la última palabra.
Pilar Cueto
“Siempre se puede soñar”  

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