lunes, 12 de agosto de 2013

Cartas amarillas


En la feria del libro conocí a Rosario, y en medio de nuestra conversación me contó que siempre visitaba un penal con la idea de dar algo de sí a los que están privados de su libertad.
Me contó que era la intermediaria de una pareja que a través de ella se envían cartas de amor con lindos dibujos que ellos colorean y adornan con frases como “Te amo” y “Te extraño”
Esto me hizo reparar, una vez más, en los gestos hermosos que vamos dejando en el camino.
Recuerdo que antes había tiendas donde vendían papeles de colores para escribir cartas, algunas perfumadas y otros con diminutos poemas que muchos se los aprendían y los recitaban como suyos a la persona que amaban.
El cajón de la mesita de noche o la caja de zapato escondida debajo de la cama, empezaba a llenarse con pequeñas cartas de amor que uno leía cientos de veces en la penumbra de la habitación. A veces para volver a emocionarse, y otras para llorar y recordar lo que alguna vez fue.
Pero al entrar en los modernismos de esta época la manera de expresar nuestros sentimientos fue cambiando y entrando a un plano menos personal, donde ya no hay cartas escritas de puño y letra. Tal vez la huella de una lágrima deformando alguna frase, o ese toque personal del carmín acompañando un “te quiero”
Ahora muchos cantan la canción que Gianmarco ha vuelto a poner en circulación. “Y busqué entre mis cartas amarillas mil te quieros, mil caricias, y una flor que entre dos hojas se durmió”, pero no saben lo que es palpar y acariciar ese papel donde la persona que aman les dice cuánto las extraña. No es lo mismo mirar un mensaje en una pantalla fría y con una letra programada, a tratar de entender los garabatos de la persona que nos confiesa su amor.  No tiene el mismo efecto ni esa conexión que se siente al saber que la otra parte acarició el papel que ahora tú tienes entre las manos.
Por qué si la tendencia en cuanto a la moda o la música es volver a las raíces de los años 60 0 70, ¿por qué  no volvemos a la costumbre de escribir cartas de amor?
Los que nunca lo han hecho prueben a expresar sus sentimientos sobre un papel e inciten a  la persona que los ama a que lo haga. Guarden sus recuerdos dentro de su habitación y no en el chip del celular. Acumulen cartas amarillas y dense el placer de volver a vivir cada vez que lean un “te amo“ Verán que existe la magia: Retrocederán en el tiempo y tendrán los años donde la ilusión y el amor era lo más importante en sus vidas.
Pilar Cueto
“Siempre se puede soñar”

2 comentarios:

  1. Es muy cierto lo que dice Pilar, lo que se siente al acariciar una nota es indescriptible.
    Hace poco me emocioné mucho al encontrar unas notas de mi sobrina, primero me dejaba dibujos y cuando aprendió a escribir pequeñas notas con dibujos, y así encontré otras que me trajeron muchos recuerdos, pero las de ella fueron las que más me emocionaron...
    Toda la tecnología que hoy existe, es buena, sin embargo muy fría para las relaciones humanas.

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  2. Yo tengo una maleta con cartitas de mis hijos y que hoy están amarillas. Guardo algunas cartas que mi escribió Pepe cuando supe que estaba embarazada de Laurita. Siempre las leo y recuerdo las diferentes época de mi vida.

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