lunes, 17 de octubre de 2016

Mi amor, quiero que soñemos juntos...

Hoy no quiero que cierres los ojos…
Quiero que estés despierto y que a la distancia veas lo que yo veo desde aquí.
¿Quieres soñar junto a mí?
Te invito a volar por ese mundo donde todo es posible, y que a mí me gusta visitar a diario.
¿Miras el mar?
Se ve tan bello desde el balcón mientras la brisa marina se impregna en nuestra piel. Rodeas mi cintura con tus manos y yo creo que estoy en el cielo.
-Soy muy feliz –murmuro, mirando tus ojos verdes.
Tú me besas suavemente diciéndome sin palabras que también eres feliz conmigo.
Paseamos de la mano a lo largo de la bahía mientras te hablo sobre mi vida...
Mientras me cuentas tus secretos…
Mientras nos besamos sin tregua y sin descanso…
Tierna y apasionadamente, ahogándonos en nuestra respiración.
¿Escuchas tu corazón?
¿Escuchas el mío?
Creo que están a punto de enloquecer, pero nada importa, ni siquiera la gente que nos mira sonriendo…
Que nos mira con envidia…
Que nos mira deseando que sus ojos brillen como los nuestros.  
Nos bañamos en el mar y río sobre tu boca. Rodeo tu cuello con mis manos y te digo que te amo.
-Yo también te amo…  -respondes antes de robar mis labios con sabor a sal, y hurgar con tus ganas en el interior de mi boca.
Regresamos a la habitación y brindamos con champán. Mojo el líquido con la yema de mis dedos y lo deslizo sobre tus labios provocándote, deseando que pierdas la cordura y enloquezcas dentro de mi cuerpo.
Pero cambio de idea y te pregunto si quieres bailar conmigo. No espero tu respuesta y me apresuro a poner mi canción favorita. La que siempre soñé que bailaría contigo.
Me quito los zapatos y tomo tus manos mientras la música se escucha en toda la habitación.
Me tomas en tus brazos y me llevas al ritmo de esta melodía, que es cómplice de una tarde que empieza a ocultarse en algún lugar del horizonte.
Nos sumergimos en la magia de cada nota musical mientras nacen los besos y explota el deseo.
Caemos sobre la cama y dejo que me quites la ropa despacio, como si la prisa no calentara nuestra sangre. Pero no hay prisa por acabar con la pasión que arremete nuestros sentidos.
No hay prisa para devorarnos entre caricias que encuentran eco en la música que se sigue escuchando en la habitación.
Somos dos cuerpos sintiendo…
Anhelando…
Arrebatando entre suspiros amor y más amor.
Mi cuerpo flota entre tus manos que me despiertan a la vida, y ahí, en medio del mar, la noche y la música, nos fundimos en un solo grito de deseo.
Afuera la vida continúa mientras nosotros seguimos suspendidos en el tiempo creyendo que es sueño lo que vivimos…
Creyendo que es mentira que por fin estamos juntos…
Pero es verdad, estás aquí, y miramos somnolientos el amanecer.
Mi cabeza sobre tu pecho…
Tu cabeza sobre la mía…
Me basta mirar tus ojos verdes para saber que eres feliz.
¿Qué más le podemos pedir a la vida?, si le acabamos de robas las horas más hermosas…
Los besos más dulces y explosivos…
Las caricias que dejaste sobre mi cuerpo y que yo dejé sobre el tuyo.
-Te quiero, vida de mi vida…
Tú sonríes y vuelves a besarme mientras el sol anuncia otro día maravilloso.
Mar, brisa, felicidad…
Mi amor, ¿quieres soñar junto a mí?
Pilar

“Soñar es solo el principio”

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