jueves, 6 de octubre de 2016

Cuando ya no puedes escapar...

Hoy estoy dispuesta a recoger mis pasos para tratar de descubrir en  qué momento me desvié del camino.
Hoy miraré atrás para observar dónde ha quedado mi sombra, por qué ya no me acompaña. Por qué seguí  caminando sola y sin brújula. Por qué me encuentro aquí, perdida y desorientada; dándole pena a la tristeza.
Hoy me refugiaré en el silencio para escuchar lo que grita mi alma, y estoy dispuesta a dar oídos a aquello que seguro no me gustará, y que ya intuía.
Verdades que no quería aceptar…
Mentiras que fabriqué para construir ilusiones y fantasías que hoy me han dado la espalda.
Hoy me voy a detener para engreír a mi corazón herido. Remendaré las grietas que el tiempo, el desamor, la desilusión, las decepciones y las mentiras han dejado en mi interior.
Hoy nadie es más importante que yo…
Nadie tiene más valor que yo…
Hoy saldré del camino para enfrentar una batalla que siempre postergué por cobardía y por no sentir más dolor.
Hoy enfrento mis miedos…
Me bato con los secretos…
Quito la hiedra que ha ido dejando amargura…
No quiero terminar pensando que no se debe esperar nada de nadie, porque me gusta esperar todo de los demás, y todo del amor; porque así me entrego y así me ofrezco sin condiciones a la gente que amo.
Hoy renuncio a ser una mujer que se esconde entre palabras y fantasías; y que vive historias de amor que no son mías. Quiero ser la protagonista de mi historia; la más bella y grande historia de amor que haya escrito jamás.
Hoy renuncio a la infelicidad y me amisto con la soledad en donde puedo hacer una fiesta, en vez de huir como si fuera mi carcelera.   
Hoy es el primer día de muchos días donde espero encontrar a la otra parte de mí que siempre me dio alegría.
Hoy toqué fondo, y al encontrarme en un callejón sin salida aprendí que no puedo traer lo mejor a mi vida, si lo mejor no está dentro de mí.   
Pilar

“Soñar es solo el principio”

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