lunes, 15 de mayo de 2017

Sobre mi cama...

Sobre mi cama está tu recuerdo dibujado entre mis sábanas,
aún veo la sombra de tu cuerpo ocupando el lugar que yo te di.
Basta que cierre los ojos para sentirte, para saber que estás aquí.
Deslizo la mano y siento tu calor, y quiero seguir así,
jugando en medio de esta ilusión que me saca de este mundo insípido, donde todos los días son iguales.
Las horas…
Las noches…
… La soledad de siempre que aburre y hastía.
Sobre mi cama está mi cuerpo esperándote,
muriéndose de frío…
muriéndose de ansiedad…
… Temblando porque no estás tú para calentar mi sangre.
No hay sueño que cubra esta necesidad,
ni fantasía que suplante tus caricias.
Quiero que estés aquí…
Quiero que me ames…
… Quiero que me adores con tus ojos mientras mis labios te dan la bienvenida,
mientras mis manos acarician tu rostro,
mientras los dos nos preparamos para ir más allá,
donde el cielo se une con nuestras sombras que se funden en el infinito.
Sobre mi cama hay esperanzas muertas,
y todas llevan tu nombre.
¿De qué me sirvió pedirle deseos a las estrellas?
Esperarte junto a mi ventana,
cada día…
cada noche…
cada invierno…
cada verano…
… si nunca apareciste.
Sobre mi cama hay nieve que no puedo limpiar,
es el invierno que me cubre cada vez que duermo,
cada vez que respiro en medio de mis sábanas.
Ya no hay lágrimas, pero aún hay tristeza,
y la resignación tiene olor a periódico de ayer.
Cuesta dejarte en el pasado,
me duele…
me lastima…
… Pero todo estaba en tus manos,
y eres el culpable de esta decisión.
Pilar
“Soñar es solo el principio”


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