He
vuelto después de enfrentar una batalla con algunos virus de nombres tan
impronunciables, que decidieron hacer fiesta dentro de mi organismo.
Y solo
cuando todo explotó, empecé a reparar en detalles que no había dado importancia
como el cansancio excesivo, a lo que yo atribuía a mucho trabajo y a la falta de
sueño, pues no suelo dormir más de cuatro horas. Si osaba cerrar los ojos durante
el día, me quedaba dormida, y eso tampoco era normal en mí. Los dolores de
cabeza que me hacían temblar y sudar frío. Y otros detalles que dejé pasar y que
fueron empeorando si salud.
Hasta
que una noche la fiesta que este grupo de virus organizó en mi organismo, llegó
a la cúspide y literalmente sentí que moría. De pronto parecía que la cabeza se
me partía en dos, y sentía que el dolor me salía del fondo de mis entrañas.
Empecé
a temblar y era casi imposible abrigarme y tratar se subir el cierre de mi
polera. Me acomodé en la cama abrazándome y tratando de no pensar en el dolor,
que me quitaba de a poco la respiración.
Todo
se puso negro y pensé que era un paso para la muerte, y me sorprendió no sentir
miedo. Solo me acordé de mis hijos y me dio tristeza por los sueños que dejaba
a medio terminar.
En
medio de esta crisis me vi avanzando en medio de una negrura donde era
imposible saber hacia dónde iba. Y después de eso todo fue peor, y aprendí que
no sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es tu única alternativa.
Una
mañana me miré al espejo y me asusté.
¿Esta
soy yo?, me pregunté entre lágrimas. Y lloré mucho rato mirando a la mujer
pálida, ojerosa, con el rostro más delgado y los ojos muertos.
Entonces
reaccioné y hablé en voz alta: ¡esa mujer no soy yo! Es solo un cuerpo, yo soy
más que eso.
Por
eso siempre he soñado que alguien se enamore de mi alma.
La
piel envejece y nadie está libre de pasar malos momentos, y solo cuando el amor
traspasa la barrera de la piel, la persona que está a tu lado verá en ti tu
esencia, tus cualidades y lo que llevas dentro del corazón.
Si tú
tienes la suerte de que te amen de esta manera, cuida ese amor, que no hay nada
más lindo que la persona que ames te abrace para reconfortarte cuando no te
sientes bien. Te limpie tus lágrimas, te quedes dormida sabiendo que
despertarás y esa persona estará a tu lado.
Aún
me tiemblan las manos y estoy muy cansada, pero todo mejorará. Gracias a los
que me escribieron al correo preguntando por mí.
Ya
estoy de regreso, sigo siendo la misma soñadora, y es que hay cosas que nunca
cambiarán.
Mi pasión es escribir novelas de amor, solo espero
algún día ser la protagonista de mi
historia.
Coincidir
con alguien en sentimientos y sueños. Que me lleve de su mano y que su mirada
tenga la capacidad volver a electrizar mi corazón, como me ocurrió con el
hombre de los ojos verdes, que supo embrujarme con su mirada, que supo
acariciarme a la distancia, pero que nunca pude conquistar su corazón.
Pilar
“Soñar es solo el
principio”
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