miércoles, 3 de mayo de 2017

De regreso...

He vuelto después de enfrentar una batalla con algunos virus de nombres tan impronunciables, que decidieron hacer fiesta dentro de mi organismo.
Y solo cuando todo explotó, empecé a reparar en detalles que no había dado importancia como el cansancio excesivo, a lo que yo atribuía a mucho trabajo y a la falta de sueño, pues no suelo dormir más de cuatro horas. Si osaba cerrar los ojos durante el día, me quedaba dormida, y eso tampoco era normal en mí. Los dolores de cabeza que me hacían temblar y sudar frío. Y otros detalles que dejé pasar y que fueron empeorando si salud.
Hasta que una noche la fiesta que este grupo de virus organizó en mi organismo, llegó a la cúspide y literalmente sentí que moría. De pronto parecía que la cabeza se me partía en dos, y sentía que el dolor me salía del fondo de mis entrañas.
Empecé a temblar y era casi imposible abrigarme y tratar se subir el cierre de mi polera. Me acomodé en la cama abrazándome y tratando de no pensar en el dolor, que me quitaba de a poco la respiración.
Todo se puso negro y pensé que era un paso para la muerte, y me sorprendió no sentir miedo. Solo me acordé de mis hijos y me dio tristeza por los sueños que dejaba a medio terminar.
En medio de esta crisis me vi avanzando en medio de una negrura donde era imposible saber hacia dónde iba. Y después de eso todo fue peor, y aprendí que no sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es tu única alternativa.
Una mañana me miré al espejo y me asusté.
¿Esta soy yo?, me pregunté entre lágrimas. Y lloré mucho rato mirando a la mujer pálida, ojerosa, con el rostro más delgado y los ojos muertos.
Entonces reaccioné y hablé en voz alta: ¡esa mujer no soy yo! Es solo un cuerpo, yo soy más que eso.
Por eso siempre he soñado que alguien se enamore de mi alma.
La piel envejece y nadie está libre de pasar malos momentos, y solo cuando el amor traspasa la barrera de la piel, la persona que está a tu lado verá en ti tu esencia, tus cualidades y lo que llevas dentro del corazón.
Si tú tienes la suerte de que te amen de esta manera, cuida ese amor, que no hay nada más lindo que la persona que ames te abrace para reconfortarte cuando no te sientes bien. Te limpie tus lágrimas, te quedes dormida sabiendo que despertarás y esa persona estará a tu lado.
Aún me tiemblan las manos y estoy muy cansada, pero todo mejorará. Gracias a los que me escribieron al correo preguntando por mí.
Ya estoy de regreso, sigo siendo la misma soñadora, y es que hay cosas que nunca cambiarán.
 Mi pasión es escribir novelas de amor, solo espero  algún día ser la protagonista de mi historia.  
Coincidir con alguien en sentimientos y sueños. Que me lleve de su mano y que su mirada tenga la capacidad volver a electrizar mi corazón, como me ocurrió con el hombre de los ojos verdes, que supo embrujarme con su mirada, que supo acariciarme a la distancia, pero que nunca pude conquistar su corazón.
Pilar

“Soñar es solo el principio”

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