sentado a unos metros leyendo algún libro que
cayó en tus manos.
Me miras de rato en rato a través de tus
gafas, y yo sonrío.
Qué más puedo pedirle a esta noche si estás
conmigo,
si soy tu paisaje en medio de esta habitación,
si soy
la estrella que brilla en tu mirada,
si soy el motivo de tu felicidad.
¿Quieres un café?, te pregunto.
Quiero un beso, respondes, y siento que me
acaricias con tu mirada.
Yo dejo todo para complacerte, y para
complacer a mis labios que siempre tienen ganas de ti. A mi boca que busca
perderse en tu boca para robarte tu aliento, y dejar en tu tibieza algo más de
mí.
Me siento sobre tus piernas y me besas con
ternura,
tus manos rodean mi cintura mientras me ciñes
a tu cuerpo.
Y yo disfruto de ese beso que hurga despacio
en mi humedad, jugando sensualmente con mi lengua, calentando mi sangre y tiñendo
tu mirada de pasión.
Estamos agitados y mirándonos con amor.
Dime que no es un sueño, murmuro, que tú
estás aquí, que eres real.
Estoy aquí, y soy real, me respondes, y
vuelves a besarme despacio, con la habilidad de un seductor que sabe cómo
enloquecer con sus caricias. Y yo caigo en el abismo de tu boca que aún guarda
secretos para mí,
secretos que iré descubriendo a lo largo de
las muchas noches que aún nos faltan por vivir.
Estás aquí… en esta habitación que huele a
ti,
que reconoce tu sombra en la penumbra,
que reconoce tu voz cuando pronuncias mi
nombre.
Tu libro queda a un lado,
mi historia a medio escribir,
solo importan los besos que vas dejando en mi
cuello,
y que yo voy dejando sobre tu piel.
y que yo voy dejando sobre tu piel.
Te quiero, susurro, mientras quito uno a uno
los botones de tu camisa.
Te quiero, respondes, mientras tus manos adoran
mi cuerpo hasta convertirme en cometa por el fuego de tus besos,
por el calor que desprenden tus caricias
sobre mi piel.
Te miro…
Me miras…
Y los dos volamos hacia el infinito en medio
de esta noche que nos observa silenciosa, sintiendo celos de nuestra entrega,
de este amor que ya no cabe en nuestros corazones.
Estás aquí mientras escribo,
ahora duermes y yo estoy llena de ti,
llena de cada detalle que dejaste con tus
labios,
llena de cada regalo que me ofreciste con tus
manos.
llena de tu mirada que me hizo sentir una
diosa, la más hermosa de todas.
Llena de tus palabras que endulzaron mis
oídos,
Con tu acento…
Con tu ternura…
Con cada frase que ha quedado grabada en mi alma.
Estás aquí mientras escribo,
¿qué más le puedo pedir a la noche?
Si tú eres mi paisaje…
la inspiración de mi corazón,
y el
motivo de mi felicidad
(Extracto de un sueño)
Pilar
“Soñar es solo el principio”
No hay comentarios:
Publicar un comentario