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Enciendes el fuego de mi fuego…
Tu deseo abre el umbral de mi deseo en donde
tu pasión se funde con mis ganas.
Cómo no amarte si me has despertado con una
mirada, si tienes tanto poder que sabes acariciarme sin tocarme…
Si sabes mirarme a la distancia…
Si puedo intuirte en la oscuridad…
Si puedo oler el perfume de tu piel…
Te miro y caigo en el hechizo de tu presencia
que mueve cada partícula de mi ser.
Amo tu figura de gran señor…
Tu altivez y elegancia…
Tus cejas pobladas que son el marco de tu
mirada que cobijan tus ojos verdes.
Me encantan tus labios que guardan besos que
no me han besado, que guardan palabras que aún no me has dicho; y en donde
quiero morir cada noche reteniendo tus suspiros…
Embriagándome con tu aliento…
Llenándome con tus gemidos…
Mi mano cae sobre tu pecho y no puedo evitar
el temblor de mis dedos. Juego sin querer con los vellos de tu torso mientras
mis ojos se alimentan de tus ojos en donde veo mi reflejo.
Se siente la pasión en los leños que arden en
la chimenea…
En el crepitar de la madera…
En las paredes que acogen el calor de
nuestros cuerpos que empiezan a sentirse.
Que se desesperan por tenerse; que ansían el
momento que tú y yo hemos esperado.
Que no amanezca, que no salga el sol…
… Quiero seguir en esta oscuridad contigo.
Cierra los ojos, mi amor, y siente cómo late
mi corazón,
¡Estoy viva!
Ha vuelto la magia a mis noches, he vuelto a
sentir tu presencia en mi habitación.
Que no amanezca, que no salga el sol…
… Que esta noche tú estás conmigo.
Pilar
“Soñar es solo el principio”