jueves, 15 de diciembre de 2016

Tregua...

Le he pedido una tregua a la razón para dejarme llevar por las palabras.
Las que me enamoran…
Las que me llevan dentro de un bouquet de sentimientos que inevitablemente me arrastran hasta ti.
A tu nombre…
A tus ojos verdes que arrancaron mi corazón de un tirón y sin darme tiempo de reaccionar.
A tu mirada que sigue observando  desde un rincón de mi alma, a pesar de mi decisión de olvidarte.
A pesar de mi decisión de no nombrarte.
Duele dejar atrás las horas que siempre dediqué a pensar en ti, acompañada por las notas de un piano que servía de fondo a mis ilusiones.
Falsas ilusiones…
Falsos sueños…
Falsa espera que solo cavó una tumba dentro de mi corazón que ya no sueña, y que ahora ve pasar la vida atolondrándose dentro de otros sueños que lo ayudan a seguir latiendo.
Le he pedido una tregua a la razón para embriagarme de las emociones que siempre sacas en mí,
 a pesar de que nunca me diste nada,
solo migajas de palabras…
solo migajas de tiempo…
un poco de nada que dentro de todo me daba alegría y me ayudaba a sobrellevar la soledad de mis días.
Le he pedido una tregua a la razón porque hoy quiero pensar en ti.
¡Al diablo la cordura!
¡Al diablo lo que debe ser!
Quiero viajar en el tiempo y llegar a tu lado,
caminar despacio escondiendo mi sombra para que no me veas,
y observarte sin prisa…
y desearte sin prisa…
y adorarte a lo lejos y sin prisa, como si tuviera todo el tiempo del mundo.
Y tiempo es lo que no tengo porque la vida se va,
los minutos se acaban, y mi voz se va perdiendo en medio de una llanura donde no se escucha ni el eco de mis pensamientos.
Le he pedido una tregua a la razón porque hoy te extraño, mi príncipe de ojos verdes.
Siempre te extraño…
Siempre te quiero…
Pero ya no hay ilusión…
¡Qué desperdicio de tiempo!
¡Qué desperdicio de amor!
Pilar

“Soñar es solo el principio”

No hay comentarios:

Publicar un comentario