jueves, 22 de diciembre de 2016

Quédate junto a mi...

Quédate, no quiero que te vayas,
no quiero quedarme en este desierto donde la arena empieza a cubrir los sueños que tuve contigo. Donde el viento sopla tan fuerte que el eco de tu nombre se pierde en cada duna solitaria. Donde mi silueta es un pobre reflejo del sol que camina sin rumbo mientras la noche enfría mi alma.
Quédate, no quiero perder tu rastro,
no quiero que desaparezca tu huella que calzaba perfecto sobre mi almohada, y que era la luz de  las fantasías que fui tejiendo noche a noche a lo largo del tiempo desde que apareciste en mi ventana. Ahora hay un espacio que ha dejado tu recuerdo y que no lo puedo llenar con nada, porque ese espacio ya lleva tu nombre, ya tiene la historia y los suspiros que me arrancaste en la oscuridad.
Quédate, no me gusta esta soledad,
no le hace bien a mi corazón que te reclama con insistencia,
que me pregunta cada noche por ti mientras esperamos que amanezca. Mientras me lleno de preguntas que esperan  respuestas, pero el silencio acompaña esos minutos eternos que me llenan de melancolía.
Quédate, mi amor…
rescátame de esta mentira que poco a poco me consume,
y lléname de buenos momentos en tu compañía.
Quítame la sed con tus besos, quítame la amargura de tu ausencia y vuelve a entrar en mis sueños.
¡Te necesito!, no aguanto esta monotonía sin la ilusión que tú me ofrecías, pero te busco y no te encuentro.
¿Dónde estás?
¿Qué es de tu vida?
¡Responde!
Sal de tu silencio y afronta tus dudas…
Tus indecisiones…
Tus preguntas llenas de por qué…
Deja de vivir huyendo…
¡Detente, mi príncipe de ojos verdes!, y vuelve a ocupar tu lugar, aquí, sobre mi almohada, porque de mi corazón nunca te has marchado.
Sigues viviendo…
Sigues escondido…
Sigues siendo la inspiración de esta alma solitaria que aunque lo niegue sigue esperando por ti.
Quédate, y acompáñame en mi camino,
tú eres el guardador de mis secretos,
la sombra de mi sombra…
la vida de mi vida…
la verdad más grande en medio de mi locura.
La razón me obliga a no pensar en ti,
Pero mi corazón siempre gana,
Y mi corazón te reclama, mi amor de ojos verdes.
Y yo también…
Quédate en esta penumbra…
Quédate en mis mañanas de sol…
Quédate en mis pensamientos…
Quédate y acompáñame en mis miedos…
Quédate y comparte mis alegrías.
Quédate y sigue siendo el poema que me sale del alma,
la prosa que viste mis pensamientos,
y la mejor música que escucho dentro de mi habitación.
Quédate, mi amor… que los días son mejores junto a ti.
Pilar
“Soñar es solo el principio”



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