lunes, 8 de enero de 2018

Se busca...

Hoy no puedo escapar de esta tarde sombría que pesa y duele.
Hoy es uno de esos días en donde el ruido y el alboroto es mejor que estar a solas.
Hoy mi música trae consigo lágrimas silenciosas que no puedo, ni quiero detener.
Hoy vuelvo a partirme en dos, y dejo a la escritora celebrando sus triunfos y preparándose para ir detrás de otros sueños. Ella es la que saca cara por mí,
pero esta mujer que apenas respira,
aunque sonría...
aunque siga hablando en medio de mímicas...
aunque camine con gracia y levantando la barbilla,
está silenciosa, observando cómo oscurece dentro de mi habitación,
preguntándome una y otra vez, ¿dónde estás?
Dónde estás, príncipe de ojos verdes.
¿Por qué no apareces otra vez en mi ventana?
¿Por qué no apareces otra vez en mis sueños?
¿Por qué no vuelves a ser el duende que dormía sobre mi almohada?
¿Por qué tu fantasía no borra mi melancolía?
Hombre de los ojos verdes, quiero que me abraces.
Déjame dormir  a tu lado...
Deja que te cuente...
tú eres el guardador de mis secretos, ¿lo recuerdas?
Tú sabes quién soy...
y sabes cómo te esperé en medio de tantos veranos y de tantos inviernos.
Sola... hasta que el fuego que ardía en mi chimenea se apagó de tanto esperarte,
de tanto silencio.
Pero hoy te busco, ¿dónde estás?
Le pregunto a la brisa que entra por mi ventana, y no sabe de ti.
Le pregunto a esta tarde que empieza a morir, y tampoco sabe dónde encontrarte.
¡Regresa!
Tu princesa necesita de ti...
no me dejes encerrada en este cuento de dragones y falsos personajes que hacen daño.
No vuelvas a abandonarme, ahora no.
Quiero que me hagas sentir que soy especial,
y que en medio de este mundo y sus prisas,
tienes un tiempo para mí.
Pilar

“Soñar es solo el principio”

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