lunes, 25 de septiembre de 2017

Algún día...

Algún día me embriagaré de felicidad cuando mi corazón encuentre a ese corazón que quiera amar a mi lado.
Que quiera disfrutar de la paz que se alcanza con los años,
que quiera caminar junto a mí con nuestras mochilas de errores y aciertos,
pero dispuestos a comenzar de nuevo,
con la ilusión de que todo será diferente,
porque ya sabemos lo que no deseamos,
y vamos por aquello por lo que siempre soñamos.
Algún día mi sombra tendrá otra sombra que la abrace en la oscuridad,
que la estreche con fuerza mientras se hace una,
que se pierda conmigo en medio del silencio mientras tomamos una copa de vino,
mientras hablamos de nuestros proyectos,
mientras sus labios busquen mis labios para entregarnos en un beso.
Algún día mi soledad se acostumbrará a una nueva compañía,
y me observará de lejos viéndome sonreír con la mirada,
mientras me llene de emoción al sentir que me aman.
Algún día mi mano tendrá otra mano que la entrelace,
 y que en el suave contacto de su piel me haga saber que cuento con él,
sin mentiras...
sin egoísmos...
unidos por un sentimiento que disfruta y es consecuente.
Algún día encontraré un amor que se juegue por mí,
que se quite su armadura y me diga que me ama,
entonces tendré un amanecer diferente,
y le cantaré al sol,
y le recitaré un poema a la luna,
y mis historias tendrán más verdad y menos fantasía,
porque habrá alguien real que me inspire,
y llene de luz mi alma soñadora.
Algún día pronunciaré su nombre en voz alta,
y él vendrá a mi encuentro,
feliz de estar conmigo y llamarme “mi amor”
Entonces no importarán las noches en las que no pueda dormir,
porque él estará a mi lado acompañando mi inquietud,
y calmando los fantasmas que aún me acechan.
Algún día llegará el verano,
y habrá dos sombras en la playa,
dos manos entrelazadas,
y dos corazones que por fin se encontraron en el atardecer de sus vidas.
Pilar

 “Soñar es solo el principio”

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