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Hoy
no voy a escapar ni me voy a esconder detrás de mis historias. Hoy descansa la
escritora, la dejo dormir en medio de sus fantasías…
Sus
locuras…
… De
ese mundo donde es feliz.
Yo
la admiro por su fuerza, sus sueños y su eterna sonrisa que siempre conquista.
Ella es intensa, incansable; un torbellino de emociones que a veces altera.
Pero
la escritora está de vacaciones, y el espejo me devuelve la imagen de una mujer
sin el brillo que ella ostenta, con los ojos cansados y la sonrisa dormida en
los labios. Una mujer que fue cambiando sin querer y que ahora ha perdido la
brújula.
¿Pueden
vivir dos mujeres dentro de una?
¿Compartir
una misma historia y ser distintas?
La
escritora no le teme a nada, y yo le temo a todo.
Ella
siempre se reinventa y yo voy perdiendo la alegría.
Qué
sería de mi vida sin ella…
Si
la escritora que vive dentro de mi corazón es la fuente de mi energía, y hoy
que no está, me siento débil e incapaz de capear una tormenta.
Sé
que no debo vivir bajo su sombra, pero me falta su decisión para airear mi alma
y empezar a vivir como ella:
Tomando
todo y dispuesta a todo para ser realmente feliz.
Pilar
“Soñar es solo el principio”