las gotas pegan suavemente contra el cristal
de mi ventana y yo sigo en este viaje que busco en mi afán de llegar a ti.
Cruzo el umbral de mis sueños y por fin te
veo,
y por fin siento que estoy en el lugar
adecuado.
¡Dios!, ¡cómo me gusta sentir que estoy viva!
¡Cómo me gusta escuchar a mi corazón latiendo
deprisa!
Siento que me estremezco mientras tú me
miras...
mientras yo te observo...
... mientras mi sangre se alborota porque
estás a mi lado.
La lluvia sigue cayendo y yo continúo dentro
de este paraíso inventado,
ilusionándome a cada segundo mientras caminas
hacia mí.
Veo tu rostro y me pierdo en el brillo de tus
ojos.
¡Soy feliz!
Qué importa el mundo y sus problemas cuando
tu mano por fin toca la mía,
cuando por fin sonríes para mí.
El silencio es cómplice de ese momento en
donde tu alma y la mía se encuentran,
en donde las palabras están demás cuando habla
el corazón,
cuando hay sintonía entre tus latidos y los
míos,
cuando hay un lazo invisible que une nuestras
almas.
El frío acompaña la llovizna que entristece
la noche,
pero a mí no me importa porque donde estamos se siente el aroma de las flores,
y la brisa refresca la oscuridad en donde tú
y yo empezamos a escribir nuestra historia.
Quiero que me bese, pienso, y él adivina lo
que quiero y me acerca despacio hacia sus labios.
Tiemblo al sentir su roce regalándome ternura
en medio de una caricia que me sigue alejando de este mundo.
Un beso que abre las puertas a otras
sensaciones que corren por mi piel,
dejándome indefensa...
... dejándome expuesta a una pasión que fluye
silenciosa por mis poros.
Lo abrazo y me pierdo en su calor, y descubro
que he nacido para estar ahí,
Escuchando su corazón...
Amoldándome en su cuerpo mientras lo miro
anhelante.
-Por fin llegaste, te he esperado desde hace
mucho - le digo.
-Por fin te encontré, te he buscado todo este
tiempo –respondió.
Despierto y me pierdo entre mis sábanas,
mientras observo las últimas gotas de lluvia que aún queda en el cristal de mi
ventana.
-¿Dónde estás? –pregunto, y el silencio me
trae la respuesta.
Y el silencio me murmura que estoy sola,
entonces me pierdo en el ruido esperando la
noche,
esperando la lluvia,
esperando entrar en mis sueños para volver a
vivir.
Pilar
“Soñar es solo el
principio”
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