miércoles, 23 de agosto de 2017

Entre la soledad y yo...

Cuando quieres hablar y solo está tu sombra acompañando tu melancolía,
cuando escuchas la dulce melodía de un piano y te falta una copa de vino en la mano.
Cuando miras por la ventana esperando que aparezca y terminas con la vista en el reloj.
Cuando los días pasan, el tiempo pasa y nada cambia,
solo tu piel que se va marchitando al ritmo de las ilusiones que se escaparon de tus manos.
Cuando te acostumbras a caminar sola y te repites que es mejor estar así, a exponerte  a más mentiras,
sin darte cuenta construyes un muro alrededor de tu corazón que te vuelve inmune a las palabras...
indiferente a las miradas...
fría ante sonrisas que no logran inquietarte.
Entonces piensas en el amor y te preguntas si realmente existe, o son fantasías que iluminan las noches y se esfuman a la luz del día.
Sientes que respiras, pero no te embriaga el aroma de una flor.
Ves tu mirada y ya no existe ese brillo que iluminaba tu rostro.
Entonces vale preguntarse dónde escondiste tus emociones,
por qué dejaste que la mala hierba cubra tu corazón.
¿Se puede empezar de nuevo?
Siempre repetimos que sí,
o será otra de las grandes mentiras que nos decimos frente al espejo.
¿Se puede arrancar las páginas de un libro?
Claro que sí... pero cómo quedaría la historia.
Cuando quieres hablar y solo está tu sombra,
y no hay vino,
y no hay romance,
y no hay nadie que te acompañe.
Pilar

 “Soñar es solo el principio”

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