me dejaste en medio de la nada con las
ilusiones que terminaron de apagar el brillo de mis ojos.
Olvidaste que te esperaba con la mejor
sonrisa que había guardado para ti,
imaginando que correría a tus brazos y que
por fin sentiría tu calor.
Olvidaste que eras el príncipe de mis noches,
y el compañero que me rescató de la soledad.
Fuiste la gota de dulzura que evaporó mi
amargura,
la que hoy navega por mis emociones queriendo
apoderarse de mis pensamientos.
Olvidaste que eras el sol de mi ventana,
y las notas que componían las canciones que
mi alma escribía para ti.
Fuiste mi inspiración...
El manantial de mis locuras...
Las alas que hicieron volar a mis fantasías
mientras imaginaba tus labios cubriendo los míos, en un beso que se perdió en
el tiempo.
Olvidaste que eras el guardador de mis
secretos,
al que confié momentos de mi vida que hoy duermen
dentro de un baúl que nunca debí abrir.
Fuiste el inicio de un despertar que duró
algunos inviernos y veranos en donde repetía tu nombre,
en donde me gustaba saborear cada sílaba de
tu nombre porque así me sentía más cerca de ti.
Pero te olvidaste de mí,
a pesar de las emociones que calentaban mi
corazón,
a pesar de que eras la vida de mi vida.
Te olvidaste de esta princesa que encontraste
en medio de un cuento,
y que sigue recordándote en medio de este invierno lleno
de melancolía y de tristes despedidas.
Olvidaste que fuiste mi estrella y el sueño que me llevó a otro mundo,
en donde tus ojos verdes me hicieron
suspirar, y que hoy son mi más grande tristeza.
Pilar
“Soñar es solo el
principio”
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