La noche...

Esta noche no hay brisa, no hay luna y tampoco siento tu compañía. Estoy sola mirando mi sombra reflejada en la pared.

El café se enfría mientras mis pensamientos viajan en muchas direcciones, y mi cuerpo se relaja lentamente de las tensiones del día.

Es una noche tranquila, sin miedos, sin angustias ni ansiedades, libre de cargas, de culpas y remordimientos. He dejado mis sueños sobre mi almohada, los retos escritos dentro de mi agenda. El futuro no importa, y el pasado es parte de este presente en donde a veces tengo el mando, y otras me dejo llevar por la corriente.

Es una noche que comparto con mi soledad, y en medio de este silencio que ya me conoce, y que sabe de mis llantos, mis carcajadas, y los secretos que hablo en voz alta solo para escucharme.

Hoy no hay inspiración ni ganas de perderme en medio de la prosa para encontrarte…

para adorarte…

para decirte de muchas maneras que te recuerdo, mi príncipe de ojos verdes.

Hoy solo tengo ganas de mirar mi sombra, de terminar mi café, y de seguir divagando mientras la noche se hace más noche.

Tristeza, ¿dónde estás?, me acostumbré tanto a tu presencia que hoy te extraño en medio de esta paz que ahora envuelve  mi alma, quizá porque ya no tengo una venda en los ojos…

Ya no me ciegan los sueños…

Ya no me deslumbro por las ilusiones…

Y ya no espero que me quieras. Pensé, en algún momento,  que podrías amar mi sonrisa, mis ojos y mi historia; que estarías orgulloso de tomar mi mano y caminar junto a mí. Creí que algún día me extrañarías y querrías saber de mí.

Pero ya dejé de esperar, y solo me complace encontrarte en mis sueños, en donde apareces a la media noche, y desapareces con el alba.

He aceptado esta vida tranquila y sin complicaciones, en donde no hay magia ni locura; y el deseo es un recuerdo que solo ventilo en mis historias.

Ya se acabó mi café, y la vela apenas alumbra. No hay brisa, no hay luna y tampoco siento tu compañía. Es una noche más del resto de mis noches. Tú por el mundo, y yo aquí, mirando a veces por la ventana.

Recordándote...

Dejándote ir...

... Y volviendo a recordarte.

Pilar

“Soñar es solo el principio”