Todo
era gris en medio de un invierno que congeló de a poco mi alma,
en donde
los días tenían la misma rutina, y mis pensamientos las mismas melancolías.
Si
era de día o era de noche, daba igual, respiraba por inercia, resignada a ser
parte de una vida que no era la mía.
Y
entonces te vi…
Y reparé
que mi corazón aún latía y que mi sangre podía arder dentro de mi cuerpo, y que
era verdad que el tiempo se puede detener cuando te hipnotizan con una mirada.
Llegaste
para cambiarlo todo, y convertirme en una hermosa mariposa que de pronto se
miró al espejo y se asustó por el brillo que encontró en sus ojos.
Bastó
un segundo para que me arrebates el corazón, y entres para siempre en mi alma,
descongelando las emociones que durmieron por mucho tiempo dentro de mí.
Te
convertiste en el motivo de mis locuras…
de
mi ternura…
de
la pasión que puso fuego a mis pensamientos.
Mis mañanas dejaron de ser aburridas porque te
hablaba de mi vida, y compartía mis secretos.
Mis
noches se tiñeron de ilusiones porque te encontraba en mis sueños…
y le
dabas calor a mis labios…
y le
dabas vida a mi cuerpo…
La
luna se convirtió en mi confidente mientras escuchaba que murmuraba tu nombre,
mientras le confesaba que había una distancia entre los dos que tú no querías
romper.
Hoy
sigo dentro de esta historia que a veces me da felicidad, y a veces me hace
llorar porque me pregunto cuándo te veré.
Eres
mi príncipe de ojos verdes, el que inspira mi vida…
El que
compone mis melodías…
El
poeta de mis versos…
El
personaje de mis historias…
El
hombre de ojos verdes que me ha convertido en su princesa.
No
estás a mi lado, pero me haces temblar…
Me acaricias
a la distancia…
Y me
abrazas con tus palabras.
No me dejes aquí, atrapada en esta historia,
en medio de un espejismo que quiero que sea real.
Dime
que sí…
Deja
la razón para después y escucha a tu corazón…
Siente
cómo vibra tu cuerpo cuando piensas en mí…
¡Rescátame!
Y
regálame los mejores días de mi vida.
Tu
princesa…
Soñar
es solo el principio
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