miércoles, 8 de junio de 2016

Saliendo del clóset...


La vida siempre me sorprende y me lleva por caminos insospechados, así que disfruto del  viaje aprendiendo de mi entorno, pero, sobre todo, aprendiendo de la mujer que no sabía que habitaba en mí, que tal vez oculté en algún momento,  y que hoy me ha despertado para quitarme la carga que muchos llevamos sobre conceptos cuadrados relacionados con la moral, el amor, la sexualidad y el erotismo.

Esa mujer que mira la vida sin complejos, sin culpas, sin tabúes y con la libertad que solo da el sentir y seguir disfrutando del paisaje.

La que hoy no pone límites y me envuelve en una escritura más osada que solo se tiene cuando la confianza y la seguridad guían tus pensamientos.

Y esta mujer que se sienta por horas frente a una pantalla, me ha regalado la oportunidad de introducirme en un mundo fantástico que me atrapa en medio de besos inventados y caricias perfectas que voy hilando entre palabras. Un mundo donde los sentidos hormiguean mi piel y calientan mi sangre a través de escenas a media luz, y de gemidos ahogados dentro de una habitación.

Esta mujer que va ganando  terreno a medida que pasa el tiempo; y a medida que soy consciente de lo plena que me siento escribiendo y fantaseando a mi antojo.

Hablo de ella como una persona ajena, quizá porque aún me falta cerrar el eslabón que me unirá por siempre a su esencia que es la mía, a sus pensamientos que son los míos; y a sus deseos que nacen de mi alma, pero que solo ella los expresa con más libertad que yo.

Pilar

“Soñar es solo el principio”

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