Te
veo a lo lejos y mi corazón late desenfrenado. He soñado tanto con este
encuentro que aún creo que estoy soñando. Pronuncio tu nombre y volteas
lentamente. Sonríes y caminas hacia mí.
Corro y por fin nos abrazamos en medio de la gente, pero nada importa.
Solo
tú…
Solo
yo…
Solo
este momento que recreé en mi mente cientos de veces mientras le pedía a las
estrellas que se hiciera realidad.
Hoy
estoy entre tus brazos sintiendo tu calor, sintiendo tus manos sobre mi
espalda, y creo que no hay momento más
perfecto que este instante cuando tus ojos verdes por fin me miran después de
algunos veranos…
Después
algunos inviernos…
De
mucha soledad rodeando mis noches, rodeando mis días. Rodeando tu nombre y el
mío.
Nos
miramos y me pregunto si me besarás mientras mi boca se ensaliva por tus besos.
Y me lees el pensamiento y descubro en tu mirada las mismas ansias, el mismo
deseo; la misma pasión que desde hace mucho ha dormido bajo nuestra piel, calentando
nuestra cama y poniendo fuego a nuestras noches.
Cierro
los ojos y siento tus labios cubriendo los míos. Tu lengua sigilosa haciendo
camino en medio de mi boca que se abre a la tuya y que goza con tus besos.
Sabemos
que no es el momento para más, pero cómo decirle a nuestros cuerpos que sigan
esperando después de algunos veranos…
Después
algunos inviernos…
De
mucha soledad rodeando mis noches, rodeando mis días. Rodeando tu nombre y el
mío.
Tomas
mi mano y camino a tu lado queriendo fundirme en tu mirada, en el misterio que
encierran tus ojos verdes, los que empecé a amar a la distancia, aún sin saber
su color. Tienen tanto poder que han tocado mi corazón y me han vuelto su
prisionera.
Tus
ojos saben que soy tuya, que te pertenezco, que quisiera gritar al mundo que desde que te vi sé lo que es caminar por
las estrellas, y a veces perderme en la bruma de una noche sin luna. Pero
siempre en tu compañía, respirando tu nombre e imaginando muchas locuras que
solo tú me provocas.
Me
miras y sé que ha llegado el momento de entregarme a la pasión que has sembrado
en mi piel, pero entonces abro los ojos
y no estás aquí.
Mi
cama está vacía…
No
hay besos en mi boca…
Tu
cuerpo no calienta el mío…
Solo
tus ojos verdes me acompañan y me dicen
que espere, que un día estarás conmigo y me darás todos los besos después de
algunos veranos…
Después
algunos inviernos…
De mucha soledad rodeando mis noches,
rodeando mis días. Rodeando tu nombre y el mío.
Pilar
“Soñar es solo el principio”
No hay comentarios:
Publicar un comentario