Deja
que lo tome entre mis manos como el tesoro más grande.
Déjame
alimentarlo con mi ternura, con mis palabras suaves. Que mi voz acelere tus
latidos y calme tu angustia. Quiero que tu corazón sepa que estoy cerca y que
nada pasará. Que no habrá mentira que lo vuelva a dañar, y que nunca más se
debatirá entre dos frentes, donde la duda y la desconfianza lo obligaron a
cubrirse con hiedra.
Déjame
curar sus grietas y las heridas de un mal amor. Deja que vuelque en él mi
ilusión y mis ganas, también mi entrega y mi deseo de llegar a ti con calma, de
puntas, pero con la esperanza siempre de conquistarte.
Déjame
cubrirlo de besos, los más dulces, los más tiernos; besos que guardo en el alma
y que solo son para ti. Para tu corazón tan lejano y tan esquivo; y que yo
espero mientras deshojo una Margarita.
Déjame
cuidarlo el tiempo que tú quieras, pero sin reglas que pauten mis actos. Déjame
mostrarme como soy, desnudar mi esencia, mis pensamientos; y dejar en ti las
caricias que tienen tu nombre.
Solo una cosa te digo… debes estar preparado porque
si a tu corazón le gustan mis cuidados, nunca más querrá alejarse de mi lado.
Pilar
“Soñar es solo el principio”
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