martes, 31 de mayo de 2016

...Y apago la luz


A veces soñamos con momentos perfectos: declaraciones a la luz de la luna, cenas románticas o hacer el amor junto a una chimenea mientras escuchas a lo lejos una suave melodía.

Yo describo situaciones que llevan a hacerte soñar, quizá porque en la realidad nada sucede como uno quisiera. A veces no te dicen que te aman y lo más romántico que has vivido es compartir con tu pareja una puesta de sol, o una palabra cariñosa que de tanto escucharla va formando parte de la rutina.

Me apasiona escribir novelas románticas y meterme en un mundo de fantasía, donde a pesar de los sufrimientos, encuentros y desencuentros, siempre hay un momento para sentir la pasión…

“…Caminaron hacia el hotel disfrutando de los besos que nacían en el trayecto. Besos ardientes que exigían una respuesta violenta, apasionada, que marcaban el preámbulo del encuentro que agitaba los sentidos. Iban directo al paraíso, a ese cielo que inventarían uniendo sus cuerpos en un viaje inolvidable.

La habitación los acogió en la penumbra mientras entraban desesperados. Sus manos volaban sin control hacia sus cuerpos. Se acariciaban con premura, llevados por el anhelo, dejando en sus caricias la necesidad que se tenían. Entonces la miró y su respiración se hizo más intensa.  

Cassandra tomó su rostro entre las manos mirándolo intensamente, llenándose de ese momento que le anticipaba olas de placer que ya deseaba disfrutar.

La sangre le quemaba por el cuerpo tensando sus músculos, aguijoneando las partes sensibles de su cuerpo que se preparaban para recibirlo.

De repente quisieron más, y sin más protocolos casi se arrancaron la ropa para caer desnudos sobre la cama. Deseo contra deseo, luchando por calmar la ansiedad que consumía y quitaba el aliento. No había ternura en sus caricias, sino una pasión desenfrenada que los perdía en otro universo, más atrevido, más carnal, entregándose a un movimiento sensual cada vez más exigente y angustiado.

Cassandra se agitaba  contra él para que sintiera su necesidad. Aníbal correspondía a su furor embistiéndola con fuerza, entrando apasionado dentro de ella y llevándola con cada movimiento a esa estrella deseada que los hizo estallar de placer…” (La otra... Cuestión de Piel)

Es lindo soñar mientras lees una novela romántica. Yo apago la luz para crear el ambiente ideal donde todo es posible, y atravieso el umbral donde una mirada pone fuego en mi sangre, y donde un beso es la caricia perfecta que ilumina esa penumbra donde mi sombra encuentra a otra sombra que se acopla a mis ganas y mis deseos.

Pilar

“Soñar es solo el principio”

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