miércoles, 19 de julio de 2017

Cuando peleo con la noche...

Cuando peleo con la noche siempre me atrapa la melancolía,
y siento a esa niña que aprendió a ocultar sus temores en medio de sueños,
a los que se aferraba con fuerza cuando llovía y escuchaba los truenos que la hacían temblar,
y no había nadie que la abrazara para decirle que nada iba a pasar.
Y recuerdo esa guitarra que aprendí a tocar en medio de una soledad que ya se anticipaba en mi vida,
y que sigue acompañándome y de la que ya no reniego.
¿Para qué?
Si creo que ahora es mi alma gemela que me ayuda a encontrarme con personajes que dan brillo a mis días,
sosiego a mis fantasías que encuentran eco a través de las palabras.   
Ahora hay paz en el silencio,
quizá porque ya no espero…
quizá porque me volví cauta a base de engaños que a veces recuerdo en medio de lágrimas.
Entonces mi alma cuestiona mi debilidad,
 pero mi corazón defiende mis emociones.
Cuando peleo con la noche solo está mi sombra  a la que le hablo para escuchar mi voz.
Pero es bueno pelear de vez en cuando porque me conecto con mi esencia que es el motor de mis días,
ahí vive la rebeldía de la que se nutren mis historias,
y la melancolía que a veces necesita un escritor para seguir llenando páginas en blanco en donde esconde sus secretos,
y expone abiertamente sus verdades.
Cuando peleo con la noche solo espero a que llegue el día,
entonces canto…
entonces soy la escritora que se pierde en otros mundos,
viviendo aventuras y sintiendo emociones que dormitan en algún lugar,
y que tal vez nunca vuelvan a aflorar. O quizá en alguna primavera despierten con un beso que mis labios esperan,
y mi corazón anhela cuando me peleo con la noche.
Pilar

“Soñar es solo el principio”

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