martes, 2 de agosto de 2016

Bajo el fuego de la pasión...

“…  El tiempo se detuvo mientras ella esperaba que él diera el primer paso.
Temblaba de pasión…
Temblaba de miedo…
Temblaba por aquel momento que era la cúspide de sus sueños; de tantas noches deseándolo, de tanta espera viviendo para ese instante. Para esa locura que significaría estar entre sus brazos volviendo a la vida, volviendo a ser mujer.
Él la observaba y ella seguía temblando. No tenía el cuerpo perfecto, pero en ese instante se sintió una diosa.
Él la hizo sentir única con el poder de sus ojos verdes que ella amaba desde siempre, desde antes de conocerlo. Él la acariciaba a la distancia incendiando sus ganas de entregarse completamente, capitulando a su alma y a su cuerpo. A sus labios desesperados que la besaban como siempre imaginó…
Con hambre y desesperación…
Con pasión y locura…
Acuartelando en un rincón el pasado, las penas, los males de amores, existiendo solo ese momento y la perfección de las caricias que hablaban en silencio dando vida a sus cuerpos que se frotaban buscando la piel que calentaba sus ganas, y aquella noche que empezaba a morir entre la bruma del invierno y de un cielo sin estrellas.
Pero qué importaba la noche si ellos eran vida…
Si ellos eran fuego…
Si eran dos amantes entregándose el alma en cada beso, en cada gemido; en cada movimiento que lejos de calmar el deseo atizaba el fuego; la hoguera donde ambos se incendiaban consumidos por la espera y la pasión que por años palpitó bajo la piel, y que en medio de esa noche fría calentaba cada rincón de la habitación.
Que más palabras que los besos escritos con labios ardientes, hinchados y humedecidos…
Qué más lenguaje que las caricias cinceladas con los dedos, con la lengua y con cada toque de atrevimiento que eliminó la frontera entre sus cuerpos, para ser una sola alma y un solo corazón vibrando por ese instante de gloria.
Ella por fin era suya…
Él por fin la tenía…  
 (Extracto de una historia que aún no se ha escrito)
Pilar
“Soñar es solo el principio”

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