Qué difícil es describir un
momento de pasión, ese instante donde el fuego calienta tu sangre y solo le
haces caso a tus instintos que quieren calmar el deseo que gobierna tu cuerpo.
Dicen los expertos que la
pasión se acaba con los años; que esa desesperación por quitarse la ropa de
camino a la habitación se convierte en un bonito recuerdo de lo que alguna vez
fue la relación. Nos hablan de que debemos aprender a conducir la pasión hacia
el amor que es más sosegado y duradero. Un sentimiento de seguridad, comodidad
y paz.
Hasta el momento nadie puede
explicar por qué de pronto nos sentimos atraídos hacia alguien. Unos dicen:
Fueron sus ojos, otros que su sonrisa y los más sinceros hablan del
cuerpo; esa parte baja que roba muchas
miradas.
Lo cierto es que hay un instante en que se produce un corto circuito y
nuestro mundo da un giro de 180 grados para dejar entrar a esa persona que nos
robará la tranquilidad.
Nos volvemos más eufóricos,
optimistas y pensamos que la felicidad por fin ha llegado a nuestras vidas. Solo
vivimos para el momento en que podamos saciar nuestra curiosidad explorando o
dejando que nos invadan con caricias que aceleran nuestra respiración.
Pero esta situación no dura
para siempre. ¿La pasión se acaba?, yo diría que se duerme. Se acomoda en medio
de la cama en espera de que alguno de los dos de el primer paso para ponerla nuevamente
en acción.
Cuando se empieza una
relación estamos en desventaja, todo es nuevo para nosotros. No sabemos hacia
dónde dirigir nuestra pasión. Palpamos, besamos; olfateamos en nuestro
recorrido buscando satisfacernos y satisfacer a quien amamos.
La pasión es
desordenada, alocada y muchas veces no llega a calmar el deseo.
Con los años podemos dirigir
la pasión. Si hacemos bien la tarea vamos descubriendo esas zonas donde no hay
más remedio que rendirse. Como diría Arjona: “…el punto exacto donde explotas
al amar” Solo hay que sacudirse la flojera y alistar nuestra artillería para
revivir momentos inolvidables.
La pasión no solo es potestad de los jóvenes,
sino de todo aquel que quiera vivir intensamente. El secreto está dentro de
nosotros y de la actitud que tenemos frente a la vida y a la persona que
amamos.
Un abrazo
Pilar
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