viernes, 11 de mayo de 2012

Necesito mi espacio


Ya perdí la cuenta de las innumerables veces que escuché esta frase: “Necesito mi espacio” y me parece que está de moda entre la gente de mi generación, así como las infidelidades  y los divorcios.
¿Qué pasó con esa época en que no podían respirar tranquilos si la persona que amaban no estaba junto a ustedes? ¿Acaso no recuerdan que miraban con insistencia el reloj para salir a su encuentro?, algunos se ponían gotas de menta en la boca para combatir el mal aliento y no estropear el beso que esperaban con ansia. Se miraban al espejo continuamente, cuidaban la línea y hasta se olvidaban de los amigos porque preferían compartir cada segundo con el amor de sus vidas. Luego se casan y toda esa magia de los encuentros y las palabras bonitas se cambian por: ¿Ya jalaste la cadena del baño?, Los niños necesitan ropa. ¡Hasta cuando vas a aprender a cocinar! ¡Me voy a la casa de mi madre!
Nos dejamos envolver por una vida que vamos tejiendo con nuestros actos y palabras hasta que caemos en una rutina que nos asfixia y entonces NECESITAMOS UN ESPACIO.
¿Realmente muchos necesitan este espacio? ¿O será que de tanto oírlo lo repiten como una generalidad ambulante que termina por destruir su felicidad?
Qué más espacio que las horas que ambos pasan separados a causa del trabajo, ¿es que eso no es suficiente? Para qué necesitan más metros cuadrados cuando ya ni almuerzan juntos y apenas están despiertos para decirse algo bonito.
Es bueno salir de vez en cuando con las amigas a tomar café para respirar otro aire, o que la pareja se encuentre con sus amigos a ver el fútbol mientras se embotan con litros de cerveza. Pero eso dista mucho de lo que algunos pregonan a lengua suelta. Tal vez lo que en realidad están buscando son otras emociones y es ahí, en medio de este espacio, que nunca falta el cazador buscando a su presa. Entonces ponen su mejor esfuerzo en revivir situaciones con un extraño en vez de hacerlo con la persona que un día juraron amar para toda la vida.
Si tienen suerte la infidelidad no se descubre, pero si no es así no terminarán de lamentarse por lo que hicieron, más aún  si no tienen la suerte de que les den otra oportunidad.
Debemos caminar juntos, y dejar solo el espacio suficiente para que el aire refresque la relación. El amor a veces se cubre de hiedra, y depende de nosotros que nos decidamos a limpiar nuestro jardín.
¿Saben?, se me acaba de ocurrir la letra de una canción que tiene que ver con este tema. Hasta tengo el nombre “Por si has olvidado” Ahora los dejo y agarro mi guitarra. Puede que me anime y lo comparta con ustedes, solo tendrán que perdonar la voz.
Un beso
Pilar

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