miércoles, 30 de mayo de 2012

Los hombres VS. las mujeres


Siempre se escucha esta pregunta: ¿Quiénes son mejores, los hombres o las mujeres? Por supuesto que cada quien se esmera en gritar a voz en cuello. ¡Los hombres! ¡Las mujeres! Incluso hay una continua disputa sobre quien es más perverso que el otro.
Lo cierto es que se han escrito canciones dedicadas a las mujeres y a los hombres.
Ellos nos cantan:
“Víbora, ese nombre te han puesto porque en el alma llevas el veneno mortal de la calumnia y la maldad.
Y las mujeres no nos quedamos atrás cantando a todo pulmón hasta quedarnos sin voz:
“Rata inmunda, animal rastrero, escoria de la vida, adefesio mal hecho”
No perdemos la oportunidad de quejarnos sobre lo mal que nos tratan. No queremos saber de ellos o ellas, sin embargo, cada vez que alguien rompe una relación, ¿qué hacen los hombres? Buscan embriagarse junto al amigo hablando de la perversa que se burló de sus sentimientos. Jurando y perjurando que nunca más volverá a caer en las garras de una mujer.
Nosotras no somos diferentes, consumimos muchas tazas de café con la pobre de nuestra mejor amiga, a quien saturamos repitiendo una y otra vez lo que “ese desgraciado” nos hizo. Sin embargo, no dejamos de mirar el celular esperando que nos llame.
Los hombres, aquellos que se autodenominan “MACHOS”, se esmeran en adoptar un papel de indiferencia frente a una ruptura. Salen con otras mujeres y se aseguran de pasar por la casa de la ex para que vea lo bien que les va sin ella.
Algunas, después de terminar un noviazgo, se esmeran en mostrar sus atributos como diciéndole al idiota que las abandonó: “Mira lo que te perdiste por imbécil”
Las peleas entre parejas a veces se salen de control y empiezan con los insultos tratando de herir al oponente, y cuando se quedan sin palabras la madre sufre las consecuencias. Entonces se escucha “Con mi madre no te metas”, y es cierto, ¿qué culpa tiene la pobre de nuestros líos?
La verdad de toda esta pelea sin cuartel es que los hombres no son tan rudos como parecen porque son iguales a nosotras, por eso tienden a despreciar ciertas debilidades femeninas porque se ven reflejados, y creen que no tienen la licencia de dejar fluir sus emociones.
Pero ellos también lloran, se emborrachan escuchando una ranchera, nos llaman con insistencia para suplicar por una segunda oportunidad (aunque esto lo tienen bien guardadito), nos escriben canciones, poemas y hasta han hecho alguna locura por nosotras.
Y hay que admitir que a las mujeres nos encanta que nos adulen o que se pongan de rodillas como corderitos resignados a ir al matadero.
A veces somos crueles y aunque lloremos a menudo, somos más implacables y decididas cuando queremos romper una relación.
En definitiva no somos ni peores ni mejores que los hombres. Amamos por igual, sufrimos por igual y somos deslenguados por igual. Ante un ataque, atacamos, igual que ellos. Y ante un beso… quien no se ha rendido ante esa caricia con la persona que ama y odia a la vez, pero a quien no puede alejar de su vida.
¿Quiénes son mejores los hombres o las mujeres?
Un abrazo
Pilar

2 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que has dicho.

    Me quedo por aquí, me gustan tus ideas y como las escribes.

    Unbeso!

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  2. Gracias Ana María, me emociona leer comentarios como el tuyo.
    Un abrazo
    Pilar

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