La novela romántica tiene su origen en la lengua
inglesa y desde entonces ha cautivado a muchas lectoras que siguen fielmente
este género, donde dos personas se enamoran, sufren y tienen un final feliz.
Hay quienes critican este género por considerar que es
dañino para las mujeres, a las que se les vende la idea de que un beso y una relación íntima que surge del
enamoramiento, puede llegar a ser tan sublime y perfecto que llegan a idealizar
este momento hasta afectarles emocionalmente sino experimentan lo que se narra en las
historias.
Creo que quienes se preocupan por echarle lodo a las
novelas rosas, son personas con ideas cuadradas a los que les molesta que la
mujer sea el personaje central y que exprese abiertamente sus deseos.
Vivimos en una época donde la mujer levanta la voz
para decir lo que piensa. Es más audaz y decidida, y no se detiene cuando tiene
claro lo que quiere.
Las novelas rosas o novelas románticas son un
refugio que nos aísla de los problemas cotidianos, donde tal vez no tengamos al
hombre perfecto viviendo junto a nosotras, pero al que amamos aunque nos
quejemos de sus defectos.
Creo que los hombres deberían de leer este género
para saber lo que la mujer espera en el amor. Queremos hombres tiernos que nos
abracen cuando no tengamos fuerzas para continuar. Que nos sorprendan con un
beso profundo y que nos despierte a la pasión con cada una de sus caricias.
Pilar
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