jueves, 19 de abril de 2012

La historia detrás de la historia


¿Alguna vez han pensado qué hay detrás de una historia? ¿Qué motiva al escritor a  escribir una novela?
Hay quienes escriben sobre sus vidas, otros encuentran la fuente de inspiración en los sucesos o personas que los rodean. Tal vez alguien junta algunos elementos, los entreteje y sale una buena historia que todos disfrutan.
Yo estoy atenta a lo que ocurre en la vida diaria, ya sea porque lo escucho en la televisión o porque reparo en algo que veo en la calle. Eso me sirve como punto de partida para desarrollar una historia de amor.
“Cuestión de piel” nace después de saber que una amiga acababa de separarse del hombre con el que estuvo casada por 10 años. Me siento triste, me dijo, pero a pesar de eso tengo deseos de volver a amar y que me amen. ¿Por qué no me escribes una historia?, invéntame un romance con un español. Eso me hará muy feliz.
Esa noche dormí pensando en ella y a la mañana siguiente ya tenía el escenario y al hombre perfecto. Mi amiga, a la que llamé Cassandra, viviría una linda historia de amor en un paradisiaco lugar, y Aníbal del Río sería el hombre que la haría suspirar.
Pero lo que me sucedió con Leonardo fue algo que hasta ahora no deja de sorprenderme.
Yo quería escribir una colección infantil para presentar a una editorial. Ya había escrito “Una tía sin sinónimo”, “La monja sin cabeza”, y faltaba otra historia que según mis planes era la de un niño de 12 años a quien llamé Leonardo. Cada año espera las vacaciones para ir junto a su padre que vive en playa. La lancha en la que navegan naufraga y viven muchas aventuras antes de que los rescaten.
Con esfuerzo logré terminar el primer capítulo y para colmo no estaba satisfecha con mi trabajo. A pesar de esto continué en mi propósito hasta que un día escuché una voz rasposa dentro de mi cabeza diciéndome: “Mentirosa, esa no es mi historia”  Como no es la primera vez que siento que alguien me habla, no le di importancia y traté de seguir escribiendo, pero la voz se volvió más persistente: “Mentirosa, esa no es mi historia, repetía.
Estuve dos días escuchando su voz y empezó a fastidiarme esta situación. Cansada le comenté a Pepe lo que me ocurría y él me dijo: ¿Por qué no le preguntas cuál es su historia?, a ver qué resulta.
Cuando volví a escuchar su voz me armé de valor y dije:
¡Ya basta!, deja de molestar y dime cuál es tu historia.
De repente lo vi y me puse nerviosa. Leonardo era un hombre de 80 años, delgado y con la mirada más triste que hubiera visto jamás. Respiraba pausado mientras veía por una ventana. De pronto su voz me causó mucha emoción y sin querer empecé a escribir  lo que él decía.
“Estoy aquí, sentado frente a mi viejo escritorio de caoba, dispuesto a cruzar la línea del tiempo para enredarme en una historia donde hubo más de un protagonista. Todos hilaron en mi camino convirtiéndome en lo que soy: un viejo con dos caras que  fabricó una mentira, y que vivió bajo la sombra de  lo que ellos y yo provocamos”
Recuerdo que él se detuvo y yo apenas respiraba  preguntándome, ¿Quiénes eran ellos? ¿Y qué habían provocado?
Entonces Leonardo siguió  hablando.
“Es increíble cómo puede cambiar nuestra vida y cómo pueden cambiar nuestros sueños. De repente despiertas con el pecho sangrante porque te extirparon el alma, y ya no eres más que un  remedo de hombre que arrastra una pena que intenta ocultar, pero que al final no puede, porque le delatan los ojos y la sonrisa que se dibuja en su rostro que poco a poco se convierte en mueca”
Escribí las primeras hojas sin parar y sin saber hacia dónde iba. Cada mañana me sentaba frente a la pantalla esperando que Leonardo dirigiera la historia.  No sabía en qué acabaría tanto drama. Un día Pepe llegó de trabajar y me volvió a encontrar con los ojos hinchados. ¿Y ahora qué pasa?, me preguntó. Es Leonardo. ¿Y por qué no haces que deje de sufrir?, me dijo mientras me abrazaba para que me calmara. Porque no puedo. No es mi historia, respondí.
Sufrí y lloré junto a Leonardo mientras me contaba cómo se sentía. No podía perdonarse el haber actuado como un egoísta  y  arruinar la vida de quienes más había amado.  
Un día supe el drama que desencadenó tanto dolor y entonces llegué a la conclusión de que nadie había sufrido como él.
Terminé la novela y le puse como nombre “La maldición de los Steiman”, luego la adapté para escribir el guión de una historia  para la  televisión. Estaba tan obsesionada que también hice el guión de una película que espero que algún día vea la luz, entonces comprenderán y compartirán el dolor de Leonardo.
Un beso
Pilar








4 comentarios:

  1. Hola. Me llamo Amaia Villa, soy española y he visto el link a tu blog en la web "palabra sobre palabra" en la que participo. Me encanta leer historias románticas y me he descargado el principio de la tuya y si me engancha la comprare. Me ha hecho gracia ver que tenemos otra cosa en común, las canciones. Acabo de empezar mi andadura como letrista y me esta gustando. Te deseo mucha suerte y espero q participes en la web activamente.

    Amaia

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    1. Gracias Amaia por tus deseos, espero que en algún momento coincidamos en la web y podamos compartir nuestras inquietudes con respecto a la música y la literatura

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  2. Respuestas
    1. El solo hecho de respirar es una Alucinación Total.
      Un abrazo
      Pilar

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