Tal
vez un poco de vino…
Tal
vez algunas palabras que expresaran lo que ambos sentían.
Tal
vez algunos besos controlados esperando el momento de explotar…
Miradas
ansiosas marcadas por el tic tac del reloj…
La
luz en penumbra y el deseo flotando en el aire…
Pero
nada sucedió como ella pensaba.
La
pasión tomó las riendas de esa noche que recién comenzaba, y entre besos
desesperados entraron a la habitación. Ella vestida de pasión, él con su saco
gris que en un descuido cayó en el algún lugar.
No
hubo música de fondo…
No
hubo palabras…
Tampoco
miradas y algún brindis por un encuentro deseado y esperado por tanto tiempo.
Solo
besos y más besos…
Solo
caricias y más caricias…
Más
besos y caricias que iban marcando la pauta que guiaba la pasión.
No
importaban las formas…
No
importaba el protocolo…
Solo
el deseo que brillaba en medio de la penumbra de la habitación.
Él
le quitó el vestido y ella lo miró expectante, perdida en la profundidad de sus ojos verdes.
Se había desnudado para él,
pero también había desnudado su alma desarmada por el amor que un día empezó a
sentir sin lógica y sin fundamento, solo sintiendo lo que mandaba su corazón.
(Extracto de una historia que tal vez nunca se
escriba)
Pilar
“Soñar es solo el principio”