“Te
juro que eres el amor de mi vida”, es la frase más gastada en estos tiempos,
pero ante el primer problema, muchos suelen lavarse las manos y huir de la
relación. Otros llegan más lejos y después de planear una boda llegan hasta el
altar y dicen “Sí” a todo lo que el padrecito les pregunta. ¿Juras amarlo y
respetarlo hasta que la muerte los separe?, aquí debería haber una corrección: “¿Juras
amarlo y respetarlo hasta que un abogado los divorcie?, sería lo más correcto y
acorde con la realidad.
¿Por
qué los matrimonios de nuestros abuelos y de nuestros padres duraban toda una
vida? Sobre esta pregunta siempre escuché la misma respuesta de parte de las
mujeres. Dicen que se debía a que antes solo
se dedicaban al hogar y dependían económicamente del esposo, y eso las hacía
aguantar cualquier situación.
En
este punto discrepo con las de mi género porque yo también soy de esta época. Veo,
escucho y estoy al tanto de lo que ocurre a mi alrededor, y creo que el hecho
de ser económicamente independientes no es razón para no querer luchar por ese
amor que un día nos dio ilusión y felicidad. Mi abuela siempre me decía que el
éxito de un matrimonio dependía de la mujer y de sus ganas. Y un día entendí
sus palabras.
También
creo que las mujeres y los hombres no son iguales. Nosotras somos más
inteligentes, sin desmerecerlos porque ellos tienen otra esencia y otras habilidades
que nosotras no podremos superar. Pero en este punto todo depende de la mujer.
De su inteligencia para identificar el problema. Su paciencia para no darse por
vencida cuando no ve resultados. Su decisión de seguir adelante a pesar de que
el entorne le diga: “Ya es hora de que pienses en ti. Déjalo… ya verás que
encontrarás a alguien que sí te merezca”.
En
toda esa frase hay algo cierto. PIENSA EN TI MISMA y solo escucha tus
pensamientos. Abre tu corazón y ciérrate al ruido del mundo. Si quieres
olvidar, olvida, es tu derecho. Nadie más que tú para saber qué es lo mejor para tí. Si quieres perdonar, perdona. Y si quieres seguir amando hazlo
con todas las fuerzas de tu ser porque el amor tarde o temprano te recompensará.
Es difícil que alguien se ponga en tus zapatos. Solo tú sientes la soledad, el
frío de una cama vacía y la falta de ese beso que un día esperabas con ilusión
en medio de promesas que el viento se llevó. NO TE DES POR VENCIDA, si aún
sientes amor por la persona que comparte tu vida o tus momentos entrégate a ese
sentimiento como el primer día. Recuerda que cuanto más oscura está la noche es
porque pronto amanecerá. El sol sale todos los días, aun cuando el día esté
gris, arriba de las nubes siempre verás el sol, y es la esperanza que no debe
morir en nuestros corazones. Recuerda las promesas de amor que ambos se decían,
pero no como parte del pasado, sino como parte de ese presente que hoy quieres
disfrutar. El amor siempre vale la pena, y cuando das amor solo queda más amor.
Un
beso
Pilar
LindísimooOO!
ResponderEliminarGracias.
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