Basta
un minuto para cambiar nuestras vidas y echar al aire el esfuerzo de muchos años.
Algunos se esmeran en construir una
imagen que en sesenta segundos se hace
trizas con una palabra que nunca debió salir de nuestros labios, o con una
acción que debimos detener a tiempo. Nos preocupamos por el futuro y los planes
a largo plazo, cuando en realidad deberíamos concentrarnos en los minutos que
se nos van de las manos porque nunca les damos importancia.
Cometemos
errores que casi no los percibimos porque ocurren en un minuto, y equivocados
seguimos viviendo sin darnos cuenta de que nuestra infelicidad es producto de
ese instante que dejamos pasar.
Mentimos
con mucha facilidad que hasta nos creemos la historia que inventamos; en un
minuto nos convertimos en actores interpretando un papel que poco a poco nos
aleja del camino. Y cuando no
reconocemos la ruta nos preguntamos ¿Dónde estoy?, y casi siempre olvidamos ese
minuto donde viramos en dirección contraria.
Agredimos
con miradas cuando nos creemos superiores y el resto es poco menos que nada.
Basta un minuto para inflar nuestro ego y arrasar con quien se nos plante al
frente. Luego olvidamos la mirada porque sin darnos cuenta se hace parte de
nuestra vida y de nuestras actitudes.
Ofendemos
con frases para desahogar nuestra rabia y no para solucionar los problemas. En
un minuto vociferamos cientos de palabras que después decimos no haber dicho, o
fingimos que no lo hicimos porque es mejor olvidar a reconocer que nos excedimos.
En
un minuto podemos cortar una relación de muchos años sin importarnos el dolor
que causamos. Solo importa lo que sentimos, tomamos la ruta más corta para quitarnos
la molestia que tenemos encima. Decimos adiós con mucha facilidad para no
luchar cuando las cosas se ponen color de hormiga.
Pedimos
perdón cuando tenemos la humildad de reconocer nuestros errores. En un minuto
podemos congraciarnos con la persona que amamos, y hasta aceptamos de buena
gana las condiciones que a veces nos piden para concedernos la indulgencia.
Podemos
encontrar la felicidad en una frase que nunca pasará de moda. En un minuto se
puede decir “Te amo” “Te necesito en mi vida” “Eres mi complemento” y cuantas
frases que nacen de ese minuto donde
solo sentimos y nos dejamos llevar por el corazón.
Nos
podemos dar el lujo de ser felices si aprendemos que los minutos cuentan, y que
con cada segundo podemos ser libres y caminar hacia la gloria, o podemos
hundirnos en nuestras miserias si desdeñamos esos minutos que van construyendo
nuestras vidas.
Un
beso
Pilar
Mi comentario, es que escribes muy bien, deberias escribir libros de autoayuda, sin embargo tambien escribes muy bien las novelas sobre todo "Cuestión de Piel " la he leido y me pareció fantastica, te transporta al lugar, al momento, te imaginas los hechos, muy buena.
ResponderEliminarMe gustaría saber si tienes otros libros.
Muchos saludos
Gladys
Hola Gladys:
EliminarGracias por tus comentarios. Solo escribo con el corazón.
Y te cuento que a finales de setiembre sale a la venta Contrato Prenupcial. Ya les avisaré por mi blog.
Un beso
Sobre los primeros parrafos, supongo que el tema no es pretender ser alguien que no se puede ser, por que el mas minimo movimiento nos delata, hay gente que se especializa en notar esos pequeños cambios en nuestras expresiones corporales y hasta faciales para lograr indentificar nuestras mentiras, quizas no se trate de dominar esas involutarias expresiones delatoras, sino de ser mas sinceros a la hora de actuar.
ResponderEliminarLuego sobre lo pasajera que puede ser la felicidad, es como en la pelicula de Woody Allen, Match Point; muchas veces no tomamos en consideracion el hecho que vivimos en un completo caos, creemos que planificando nuestra vida al mas minimo detalle estamos ajenos a los alcances del azar, sin embargo solo nos engañamos para no sentirnos tan vulnerables.
Esta vulnerabilidad viene de como la modernidad ha simplificado las cosas, como a alguien le escuche decir, hoy en dia las cosas no estan hechas para durar, todo lo que nos rodea desde un telefono hasta nuestra misma casa , no estan hechos para perdurar para mantenerse en pie, porque es mucho mas facil comprar cosas nuevas, es mas facil descartar que luchar y lograr algo que por ese es fuerzo valga mucho mas la pena.
Siempre se puede cambiar y depende de nosotros que las cosas que valgan la pena duren toda la vida.
EliminarMatch Point es mi película favorita.
Un abrazo
Pilar