Afuera
cae la lluvia, y miro desde mi ventana las gotas de agua golpeando el cristal.
Es
una tarde silenciosa y triste,
que me
invita a recordarte,
y me
lleva a esos atardeceres cuando te esperaba en mi ventana
y creía
ciegamente que un día me abrazarías.
¿Por
qué ya no estás en mi vida?
¿Por
qué te escurriste como el agua entre mis dedos?
¿Por
qué nunca tus pasos buscaron mis pasos?
¿Por
qué nunca tus ojos quisieron mirarse en los míos?
¿Por
qué, hombre de los ojos verdes?
¿Por
qué dejaste que me vaya?
¿Por
qué me has obligado a vivir entre fantasías que no me hacen feliz?
¿Por
qué me dejaste con tantas ilusiones que ya se marchitaron?
Se fue la inspiración...
Se
fue la magia de esas tardes cuando mi alma buscaba las palabras para llegar a
ti.
Se
fueron los sueños a tu lado,
tu cuerpo
junto al mío esperando el amanecer.
Se acabaron
las locuras que me convertían en una mujer sensual para ti.
Me
he quedado sin nada,
con una
vida que ya no tiene poesía,
ni brillos
de lentejuelas,
solo
una comparsa de circunstancias que me siguen alejando de ti.
Gracias
porque fuiste la ilusión más linda,
y porque
tus ojos verdes fueron la fantasía y la verdad que siempre vivirá en mi
corazón.
Gracias,
porque a lo largo de estos veranos e inviernos que viví esperándote, sentí que
no estaba sola,
porque
fuiste la vida de mi vida,
y el
hombre que tocó mi alma con el brillo de sus ojos.
Pilar
“Soñar
es solo el principio”
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