Qué lindo sería que la realidad se
pareciera a las novelas donde a través de un beso se pone punto final a una
historia que deja visos de felicidad, pero lo que ocurre en nuestro entorno nos
hace preguntarnos muy a menudo qué es lo que está pasando con las parejas que
antes iban de la mano y hoy casi ni se miran.
El amor nunca te agarra desprevenido
como se piensa, lo primero que sucede cuando conoces a alguien es una atracción
que si le das cabida en tu vida puede convertirse en el más grande y puro de
los sentimientos. Son los detalles, las conversaciones, los gestos y el conocerse
día con día lo que transforma la relación.
Eso solo es el primer paso para el
gran compromiso que adquieres con la persona que amas y a la que prometes, ya
sea con palabras o mirándolo a los ojos, que lo respetarás y amarás por
siempre.
¿Pero por qué ese sentimiento que un
día te dio felicidad ahora es motivo de
tu sufrimiento?
Cuando las cosas empiezan a caminar
vas acomodándote dentro de la relación. El sentimiento de seguridad se apodera
de ti y vas dejando por sentado muchas cosas, y en ese camino del olvido
también dejas para después los “te amos” “te extraño” o una frase que a todos
nos gusta escuchar: “Me haces muy feliz”
Nos dejamos envolver por la rutina y
damos prioridad a las cosas que nos molestan y se vuelven los motivos
principales de las discusiones que nos van alejando de la pareja.
Entonces viene la fase del
desencanto cuando descubres que la persona que está a tu lado no es la que
creías. “Pero si él era un amor”, dices. “Jamás pensé que fuera una bruja”,
comentas con tus amigos; y la mala hierba empieza a creer cubriendo el amor que
un día los unió.
Como consecuencia ese sentimiento va
muriendo en medio de discusiones, faltas de respeto y muchas veces agresiones
físicas o psicológicas que acumulas dentro del alma y que no sabes cómo lidiar
con eso.
¿Se puede seguir amando a quien te
hace daño?, creo que no; es imposible querer a quien no te valora y no cuida de
tu corazón. Y así como el amor fue naciendo de a poco, también de a poco se
asfixia y va muriendo para no volver a resucitar. ¿Acaso una planta puede
volver a la vida después que la dejaste descuidada en tu jardín?
Podrás mojarla todo un día esperando
que salga alguna flor, pero ni toda el agua que le pongas hará que recupere la
belleza que en su momento tuvo y que no supiste apreciar.
No dejes el amor para después, luego
será tarde para escuchar de vuelta los “te amo” que no te interesó escuchar en su momento.
Pilar
“Soñar es solo el principio”
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