Hoy
juego con mis dedos esperando que el aire entre por mi ventana, pero ni la
brisa se asoma por aquí. Hoy extraño a Leonardo Favio, curiosamente desde su
muerte no he vuelto a escuchar sus canciones, ni su potente voz recitando “A
veces presiento que mi alma está en sombras…” frase que encierra sentimientos de los que hoy
quiero escapar.
Los
gratos momentos son luces de bengala iluminando mis recuerdos, salpicando de
melancolía esta noche sin luz. Me hace falta un bandoneón para acompañar los
versos de Neruda que tal vez una noche como esta dejó volar su tristeza. “Puedo
escribir los versos más tristes esta noche…” y yo puedo perderme en la bruma
escondiendo mis pasos para que nadie me encuentre. Huir de la gente y de los
pensamientos que abren heridas desarmándote y exponiendo el corazón. Hoy es una
noche de esas cuando la tristeza se sienta a tu lado… y te abraza, y te mira; y te murmura al oído lo que no quieres escuchar. De qué sirve
comerse las palabras cuando tus ojos no saben mentir y tu postura
refleja tus sentimientos. Hoy no es noche de luna llena dentro de mi alma. No
hay música ni nubes en mi balcón. Hoy
puede que no duerma como puede que al final cierre los ojos y me sumerja en ese
mundo, donde todo puede suceder. Hoy no
quiero soñar, tal vez mañana…
Pilar
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