viernes, 8 de febrero de 2013

Sin palabras


Pensé en escribir otro post sobre el amor, pero sin querer la noche me fue envolviendo en su negrura y la magia que a veces me tienta a soñar, hoy se ha esfumado. Mi alma flota dentro de mí mientras observo a lo lejos  el cielo cerrado. Hoy no hay estrellas, ni vino; ni el humo de un cigarrillo remontándome a esa época cuando compartía mis pensamientos con una taza de café, mientras los puchos se amontonaban en el cenicero.
Hoy juego con mis dedos esperando que el aire entre por mi ventana, pero ni la brisa se asoma por aquí. Hoy extraño a Leonardo Favio, curiosamente desde su muerte no he vuelto a escuchar sus canciones, ni su potente voz recitando “A veces presiento que mi alma está en sombras…”  frase que encierra sentimientos de los que hoy quiero escapar.
Los gratos momentos son luces de bengala iluminando mis recuerdos, salpicando de melancolía esta noche sin luz. Me hace falta un bandoneón para acompañar los versos de Neruda que tal vez una noche como esta dejó volar su tristeza. “Puedo escribir los versos más tristes esta noche…” y yo puedo perderme en la bruma escondiendo mis pasos para que nadie me encuentre. Huir de la gente y de los pensamientos que abren heridas desarmándote y exponiendo el corazón. Hoy es una noche de esas cuando la tristeza se sienta a tu lado…  y te abraza, y te  mira; y te murmura al oído  lo que no quieres escuchar. De qué sirve comerse las palabras cuando tus ojos no saben mentir y tu postura refleja tus sentimientos. Hoy no es noche de luna llena dentro de mi alma. No hay música ni nubes  en mi balcón. Hoy puede que no duerma como puede que al final cierre los ojos y me sumerja en ese mundo, donde todo puede suceder.  Hoy no quiero soñar, tal vez mañana…
Pilar   

  

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