lunes, 5 de noviembre de 2012

Las cosas que realmente importan


¿Qué es lo que realmente  importa en la vida?

Es una pregunta que varía de acuerdo a nuestro pasado, al presente y lo que esperamos conseguir en el futuro. También depende de la profesión que tengamos para priorizar ciertas cosas.

Probablemente un político pensará (porque jamás será tan torpe como para decirlo en voz alta) que lo único que le importa es el poder.  Otros que han padecido hambre tal vez piensen que es fundamental trabajar muy duro para asegurar la comida de su familia. Los que han sufrido alguna enfermedad afirmarán que no hay nada más importante que tener salud. La artista que sueña con alcanzar la fama tal vez viva pensando en ese papel que cambiará la historia de su vida.

Lo cierto es que cada uno tiene prioridades que monopolizan nuestro tiempo y  nos convierte en esclavos de nuestros deseos.

Un  día amanecemos y apenas tenemos tiempo de tomar un café. Almorzamos a la volada tal vez junto a nuestra computadora. Caminamos por la calle con la vista en el celular y sin dejar de mover los pulgares. Usamos audífonos que nos aísla del mundo y nos aturde con la música que continuamente llega a nuestro cerebro.

Unos dirán que es la tecnología la que nos está cambiando, otros que las exigencias de la vida son cada vez más fuertes y que no debemos parar el ritmo. Siempre habrá una excusa o a quién echarle la culpa de nuestros actos, pero jamás nos miraremos y diremos frente al espejo: “Me declaro culpable”

Culpable por permitir que los correos de la oficina invadan mi privacidad después de la hora del trabajo.

Culpable por  competir con el tiempo tratando de abarcar más de una actividad.

Culpable por usar los mensajes cuando es mejor escuchar la voz ya sea de tu amiga o tu enamorado.

Culpable por creer que siempre habrá tiempo para rectificar nuestros errores cuando tal vez estemos viviendo los últimos minutos de nuestra vida.

No estamos en medio de una carrera donde lo único que importa es ganar a costa de lo que sea, vivamos  a plenitud cada día. Disfrutemos de los abrazos, de ese contacto que te hace sentir que no estamos solos. Paremos un momento para disfrutar de una comida en compañía de los amigos dejando a un lado el celular. Prioricemos nuestros objetivos, y pasemos por esta vida intentando ser felices con  pequeñas cosas que jamás encontrarán en los supermercados.

Es cierto que hay que luchar por nuestros sueños, pero también es cierto que hay que darle el justo valor sin olvidar a las personas que nos aman y que esperan de nosotros una respuesta de amor. No es justo que solo escuchen nuestras quejas o sobre lo mal que nos fue durante el día. Hay que hacer una tregua con nosotros mismos  para darnos por completo a quienes realmente nos aman y que siempre estarán a nuestro lado.

A ellos nos debemos, pero sino empezamos a liberarnos de nuestras cadenas jamás nos daremos por completo a alguien.

Pilar

   

No hay comentarios:

Publicar un comentario