Extraño
tu mirada que me envuelve en la ternura cuando me hablas, y que me hace sentir
especial.
Y es
que solo tú tienes la capacidad de llenarme de esa magia que trasmite tu amor,
que me da tu presencia.
Cuando
no estás hasta el aire pesa, hasta las horas son más largas y las noches más
negras, porque eres la luz que ilumina mis días, la ilusión que pone brillo a
mis ojos.
Vuelve…
Regresa
pronto que hasta la soledad se cansó de mí, ya no resiste que pronuncie tu
nombre a cada minuto.
Vuelve…
Mis
dedos extrañan tu piel, mi cuerpo extraña tu cuerpo, mis labios necesitan de
tus besos para no secarse en medio de mi lamento.
Vuelve…
Porque
cuando no estás, mi nombre es solo un eco que retumba en medio del vacío de mi
habitación.
Pilar
Portocarrero
Siempre hay tiempo para el romance
No hay comentarios:
Publicar un comentario