las
decepciones...
las
noches en vela abrazada a la melancolía.
Hoy,
en medio de las suaves notas de mis canciones,
lloro
en silencio por las horas frente a mi
ventana mirando las estrellas.
Preguntándome
si habría en este mundo alguien que amara mi alma,
que quisiera
reparar las grietas que hay en mi corazón,
que
asumiera el reto de borrar mis amarguras,
de
poner paños fríos a mis miedos,
de
tener la valentía de luchar contra mis fantasmas,
los
que siguen acechando...
los
que siguen doliendo...
los
que duermen junto a mi almohada recordándome que sigo prisionera, burlándose de
mí, y de mis ínfulas que a veces me lleva lejos de la realidad.
Hoy
quisiera poner en un bote de basura todo aquello que ya no suma a mi vida,
los nombres...
los recuerdos...
... aquellas fantasías que ya no dicen nada,
solo duelen.
Pero es inútil porque forman parte de la
historia de mi vida, de etapas y capítulos que han dejado su enseñanza y
también su huella. Pasajes que han ido transformando mi mirada, y le han dado
otro toque a mi sonrisa.
La
que a veces engaña...
La
que a veces es sincera...
La
que a veces lleva un nombre...
La
que a veces lleva llanto.
Hoy
dejo al viento mis sueños...
los que
hablo a los cuatro vientos,
los que
murmuro entre las paredes de mi habitación.
Mis
sueños son la riqueza que llevo como equipaje,
son mi
fuerza y mi motor...
lo único
verdadero que abrazo todas las noches y que despierta a mi lado, recordándome
que hay un mundo que quiero conquistar.
Hoy
me despido de un año que trajo lindas sorpresas a mi vida, y que me ha enseñado
que siempre, siempre, hay una segunda oportunidad para todo.
¡Feliz
año 2018!
Pilar
“Soñar es solo el
principio”