Recuerdo a la madre Meri que me
enseñaba religión en el colegio, ella solía decir que el verdadero amor se debía entregar sin esperar nada a cambio. También recuerdo una de las canciones que
solíamos cantar en el pensionado de monjas donde luego viví cuando vine a
estudiar a Lima “Amar es entregarse olvidándose de sí, pensando en lo que al
otro pueda hacerle feliz” La madre Margarita siempre se esmeraba en hablarnos
de ese amor desprendido y sin retorno, donde uno no importaba; donde uno
siempre está en segundo lugar. Un amor que solo funciona en las canciones y en
argumentos que intentan magnificar un concepto tan simple y tan grande. Tan
mágico y tan humano… que por el hecho de sentirlo ya te hace especial.
Pero ese amor de una sola vía tarde o
temprano va socavando tu interior, va ensanchando el espacio donde se acomoda
la soledad, la insatisfacción que poco a poco te lleva a la infelicidad.
No se puede amar sin esperar nada, no te
puedes entregar sin esperar respuesta. El amor debe fluir en ambas direcciones
por igual. Un “toma y dame” que te llene y te inspire a seguir haciendo cosas
por la persona que amas. Pero a veces nos volvemos protagonistas de estas
canciones y terminamos repitiendo: “Te necesito, mi amor” “No puedo vivir sin
ti”, y te desvías del camino y sientes que si no sigues entregando te vas a
quedar vacía. Deja de importar tus sentimientos, tus sueños, tus deseos; y
empiezas a vivir los sueños de alguien más que intentas acomodar a los tuyos y,
que a pesar de los esfuerzos, no calzan en tu espacio porque no nació de tu
corazón y no lo sientes con la misma intensidad que la otra persona.
Igual estás vacía, igual no tienes nada; solo
una ilusión que llamas amor y que sin darte cuenta se hizo humo frente a tus
ojos convirtiéndose en dependencia.
El amor es desear estar con alguien porque así lo
quieres, no porque lo necesitas. Es entregarte plenamente porque lo sientes y disfrutas las respuestas que recibes.
Los besos que das y dejan sobre tus labios. Las caricias que nacen y fluyen en
la misma medida.
Se puede seguir solo por la vida, pero si
encuentras a alguien con el que puedas ser tú mismo y caminar en la misma
dirección porque así lo deseas, disfrútalo. Entrega todo, pero también
prepárate para recibir.
Pilar
“Soñar es solo el principio”
hermoso el cuento me gusto mucho
ResponderEliminarQué bueno, Digna... siempre puedes seguir visitándome.
EliminarUn beso
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarhermoso el cuento me gusto mucho
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